A pesar de la falta de control sobre los residuos nucleares de la fosa atlántica, la Xunta guarda silencio y se escuda en la falta de competencias para evitar su intervención. Tanto el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, como el vicepresidente, Anxo Quintana, evitaron ayer pronunciarse sobre el cementerio nuclear, situado a 630 kilómetros de la costa gallega, y en el que permanecen depositados más de 140.000 toneladas de vertidos radiactivos. Por su parte, el conselleiro de Industria, el nacionalista Fernando Blanco, advirtió de que el control de estos residuos "no es competencia" de su departamento.
Pese a que el BNG ha reclamado en el Parlamento y en el Senado que tanto Xunta como Gobierno central debían promover una revisión de los bidones almacenados en la fosa atlántica, el conselleiro de Industria se limitó a decir que él está en contra de los cementerios nucleares. "A mí no me gustan, como tampoco las centrales nucleares, por cierto", aseguró Fernando Blanco.
Entretanto, la Consellería de Medio Ambiente mantiene su postura de que es el Gobierno central la administración responsable de realizar el seguimiento y no la Xunta.
Sin embargo, desde el Ejecutivo central no hay ninguna inspección prevista a la zona, pese a que científicos y ecologistas han alertado de la posibilidad de fugas radiactivas por el deterioro de los bidones.
Las organizaciones internacionales competentes como la Organización Marítima o la Agencia Atómica no disponen tampoco de ningún estudio sobre la radiactividad en la zona.
"Si los tiraron ahí es porque sabían que era una zona segura". Así lo explicó ayer el presidente del Foro Nuclear, Eduardo González. "Al mar se vertían en aquella época muchas cosas y yo ahora no tengo conocimiento sobre su estado", asegura. El responsable de la plataforma que agrupa a las industrias nucleares en España está convencido de que no hay radiactividad en el mar porque si "hubiese algo preocupante" el Instituto Oceanográfico Español lo hubiese detectado.
El Colegio Oficial de Físicos de España ha reclamado "transparencia" al Gobierno central sobre los residuos radiactivos depositados en la fosa atlántica a principios de los ochenta.
Los físicos aseguran que en España el organismo competente en vigilancia de residuos radiactivos es el Consejo de Seguridad Nuclear. Según el colegio, debe ser esta entidad la que realice el seguimiento de los vertidos de la fosa atlántica y, en todo caso, si fuese responsabilidad de otro organismo internacional, el Consejo de Seguridad Nuclear debería estar informado y atento a lo que ocurra en la fosa atlántica.
Este organismo, sin embargo, asegura que su control sobre radiactividad se limita a la zona de costa. Según su mediciones, los niveles de radiación en el litoral de Galicia "no son significativos", pero no se realiza seguimiento de la contaminación que pueda haber en la fosa atlántica, situada a 630 kilómetros de la costa gallega.
Por su parte, Enresa -empresa que gestiona los residuos radiactivos en España- está llevando a cabo desde febrero de este año en colaboración con el Ministerio de Industria una campaña para localizar fuentes radiactivas que están "fuera de control", pero no han incluido a la fosa atlántica en su ámbito de actuación.
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