La asociación ecologista Verdegaia denunció ayer un atentado contra la zona protegida de As Gándaras de Budiño por el que se han perdido más de 6.000 metros cuadrados. En esta ocasión, la pérdida es consecuencia de una explanación de terreno clasificado como suelo rústico de protección de espacios naturales en el Plan General de O Porriño.

Con esta explanación, se ha perdido, según la asociación «anaco de bosque de ribeira, hábitat catalogado como de protección prioritaria pola Unión Europea, xunto a Turbeira do Cerquido».

Según denuncian, esta es la tercera vez en los últimos seis meses que se produce un atentado contra esta zona porriñesa, puesto que se han perdido ya más de 12.000 metros cuadrados por causa de las empresas allí ubicadas. Pese a estas consecuencias, por el momento no han sido inutilizados estos espacios ni han sido sancionados los responsables de las empresas.

Por estas consecuencias, la asociación solicitará una actuación de la Fiscalía de Medio Ambiente para que ponga fin a todos estos delitos ecológicos en las Ribeiras do Louro. De este modo, intentan que se produzca una investigación de los hechos y se determine las responsabilidades de los promotores de la actuación y del concejal correspondiente por omitir sus funciones en relación con los delitos contra el medio ambiente.

Este último incidente, registrado a la altura de la carretera que comunica Ribadelouro con Cerquido, forma parte de la Red Natura 2000, sobre la que la asociación ecologista ha hecho hincapié durante estas últimas semanas. Para favorecer su protección, miembros de dicha entidad han participado en charlas en los colegios y a otros colectivos.

Como demostración de lo necesario que es cuidar estas zonas, que forman parte de un 12% del territorio gallego que también tiene protección medio ambiental de la Unión Europea, la asociación se dedicó el pasado día 10 de junio a recoger basura.

Un total de nueve voluntarios pasaron el domingo recorriendo esta zona de Budiño para retirar todos los desperdicios que encontraron a su paso. Medicamentos, ruedas y otros restos se acumularon hasta llegar a los 300 kilos de basura. Al mismo tiempo, Verdegaia y otras quince asociaciones solicitaron a la Confederación Hidrográfica del Norte y la Xunta de Galicia una revisión de los límites de la Red Natura 2000 en el que se haga incidencia sobre los terrenos en los que se encuentran ubicadas empresas.