Los vertidos radioactivos depositados en la Fosa Atlántica aún no han sido controlados, según confesaba la Organización Marítima Internacional (OMI). Por ello, el diputado del BNG Bieito Lobeira exige al Gobierno gallego en el Parlamento que haga públicos los datos que posee sobre la situación de los residuos y que explique qué consecuencias podrían traer a las costas gallegas. Además el Bloque pide a la Xunta que tome alguna iniciativa para el "control y seguimiento, periódico y sistematizado, de los efectos de estos vertidos".

La basura de la Fosa Atlántica no está "siendo objeto de ningún tipo de análisis ni por parte de la Organización Marítitima Internacional (OMI), ni por el Estado Español, ni por la Agencia Atómica Internacional", explicaba ayer Lobeira.

En los ochenta se comenzaron a arrojar unas 140.000 toneladas de basura radioactiva. Esto provocó una movilización social en la que participaron pequeños barcos pesqueros como el Arosa I o el Pleamar, y organismos ecológicos como la Asociación para la Defensa Ecológica de Galicia (ADEGA). Las reivindicaciones llegaron hasta Londres, donde se sitúa la sede de la OMI. Con sus quejas lograron que en 1993 se dejara de vertir basura en el Atlántico. Sin embargo los residuos radioactivos "no fueron objeto de control", según la OMI.