Cuando los servicios de extinción tenían ya controlados los incendios de Nerga, Serra Nacente, Serra Poente y A Choupana, sobre las once de la noche del pasado viernes, recibieron el aviso de que habían aparecido nuevos fuegos en lugares tan distantes como Monte Carrasco, Lagos de Barxín, Pedra Cabalgada y O Castelo.
En total, fueron 11 nuevos focos, todos próximos a pistas forestales y carreteras asfaltadas. Los diferentes operativos que se habían concentrado en el incendio más importante se repartieron la tarea de atacar los nuevos incendios, que gracias al frío de la noche y a la ausencia de viento apenas se extendieron, aunque acabaron afectando a 12.000 metros de monte, que sumados a los dos incendios de la tarde del viernes ofrecen un total de casi 35.000 metros de arbolado.
Desde las cinco de la tarde hasta las cuatro y media de la madrugada, cuando Protección Civil Cangas regresó al fin a su base, participaron en las labores de extinción unos 50 efectivos, apoyados por uhelicóptero y siete camiones.
Participaron desde el inicio las agrupaciones de protección civil de Cangas y Moaña y los bomberos de O Morrazo. Acudieron al poco dos cuadrillas de Medio Rural, una por tierra y la otra en el helicóptero, que aterrizó en el Monte do Elefante antes de comenzar el trasiego de agua desde el mar.
Su concurso fue clave para apagar el fuego que se extendía por Serra Nacente, Serra Poente y la parte alta de A Choupana, en donde habían quedado dos chalés cercados por las llamas, aunque en ningún momento llegó a producirse un peligro real de quedar afectados.
Pasadas las once de la noche y viéndose desbordados por la sucesiva aparición de nuevos focos, los coordinadores del operativo pidieron a Medio Rural más medios. Llegaron tres nuevas cuadrillas y otro camión, procedente de Meis. Los bomberos de O Morrazo se ocuparon de los focos próximos a las pistas y el resto, de la zona alta de los montes.
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