El fuego se ha cebado con la provincia de Ourense. Sofocado definitivamente el martes por la noche el del Xurés, las llamas asomaban de nuevo ayer a la puerta del Parque Natural ourensano y Reserva de la Biosfera, esta vez en Lindoso, en la frontera con Portugal. Mientras tanto, ardían 150 hectáreas en Carballeda de Valdeorras y se registraban importantes incendios en Castro de Beiro, ya cerca de la capital provincial, y, anoche, en el corazón del Cañón do Sil, en la zona lucense de la Ribeira Sacra. Otra media docena de focos de menor intensidad continuaba activo en territorio ourensano.
La magnitud del fuego que estos días asola el Parque Nacional de Peneda-Gerês (Portugal) es de tal calibre que ayer se desplazaron hasta allí el Secretario de Estado de Medio Ambiente del país vecino, el director de parques nacionales y el presidente de la Cámara de Ponte da Barca. Junto a ellos, el alcalde ourensano de Lobios, José Lamela, lamentaba la ausencia de representación de la Xunta. No sólo no acudieron representantes del Gobierno gallego a la zona devastada y de nuevo en peligro, sino que el regidor expresaba el desvalimiento de sus vecinos. "No recibí llamada alguna ni del conselleiro, ni del director general ni del delegado de la Xunta en Ourense preguntando cómo estábamos o si necesitábamos algo", lamentaba el alcalde socialista
Lamela se muestra muy preocupado. La desgracia de los dos días anteriores podría continuar. El fuego cercaba de nuevo ayer el pueblo de Riocaldo, en esta ocasión por su derecha, con riesgo de entrar en España por la Serra de Santa Eufemia. Mientras Lobios no conoce tregua a su estado de emergencia, y los vecinos insisten en dar la voz de alarma para que se atiendan antes sus viviendas que el Parque Natural, la Xunta sigue cifrando en 100 las hectáreas quemadas en el incendio iniciado el domingo en Riocaldo y, que tras atravesar la montaña accedió al pueblo de Sáa, a través del Parque Natural del Xurés.Trabajaron para sofocar este fuego dos técnicos, tres agentes forestales, 21 brigadas integradas por entre cinco y siete personas cada una de ellas, diez motobombas, siete helicópteros, siete aviones, un grumir y dos palas.
Ayer, las llamas hacían mella en distintos puntos de la provincia. Se registraron al menos media docena de incendios, la mayor parte controlados antes de la noche, como el de Baños de Molgas. En Cualedro, un fuego iniciado por la mañana estaba activo a media tarde.
A falta de otros datos sobre los incendios que aún no se habían extinguido a última hora, el registrado en Carballeda de Valdeorras alcanzó las mayores dimensiones de la jornada. Ardieron 150 hectáreas, según datos de la Consellería de Medio Ruralm que estima en 146 las hectáreas de monte raso quemado y en cuatro las de arbolado. Para extinguirlo fue necesaria la participación de dos técnicos, tres agentes forestales, 14 brigadas, cuatro motobombas, seis helicópteros y dos aviones.
No fue el único incendio de la provincia que contó con gran despliegue de medios. En Castro de Beiro, dentro del término municipal ourensano, otro incendio iniciado cerca de las cuatro de la tarde continuaba activo a última hora pese al gran despliegue de medios que trabajaba en su extinción. Colaboraron dos agentes forestales, 11 brigadas, siete motobombas, dos helicópteros de extinción y seis aviones, uno de ellos de coordinación. El Estado aportó además un anfibio. Mientras el fuego de Castro de Beiro nublaba la ciudad de As Burgas, se iniciaba, cerca de las nueve de la noche, un nuevo foco en la parte lucense del Cañón do Sil, en el término municipal de Sober, zona de repoblación forestal y de viñedos, en plena Ribeira Sacra.
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