Toda actividad que se desarrolla en el litoral, fuera de los núcleos urbanos, necesita una autorización del Ministerio de Medio Ambiente, tanto si es para levantar una edificación como para construir una tubería desde la que realicen vertidos al mar o desde la que se capte agua para una planta de acuicultura, un cocedero o una depuradora.

Así que a la Consellería de Pesca le interesa mantener una relación abierta y fluida con Costas, sobre todo cuando se está cerrando el Plan de Acuicultura, el mapa que decidirá en qué zonas del litoral se pueden realizar actividades pesqueras.

Este mapa es vital para el sector, en el sentido de que sabrán donde pueden asentarse o levantar nuevas instalaciones en el futuro y también porque estas iniciativas están apoyadas además por fondos procedentes de la Unión Europea y la Xunta necesita realizar su programación.

Lo normal sería que la Consellería de Pesca elaborase este plan, que está a punto de aprobarse, y lo remitiese a Madrid para que lo ratificara o presentara alegaciones con el objeto de modificarlo.

Pero para evitar sorpresas y problemas al sector y a la hora programar las subvenciones europeas, López Sieiro aseguró que en las reuniones de la mesa de trabajo con Costas se le dará ya oportunidad, aunque no sea lo habitual, para enmendarlo y así garantizar su aprobación en Madrid.