La Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas ya tiene casi cerrado el borrador con la revisión de las Normas do Hábitat, una de las reglamentaciones más ambiciosas del bipartito pero también más contestadas por promotores inmobiliarios y ayuntamientos, hasta tal punto que la Fegamp las recurrió ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia por considerar que invadía sus competencias. La reforma prevista por la nueva Xunta, según avanzó ayer el conselleiro Agustín Hernández, "eliminará" de las normas todas las referencias que el nuevo Gobierno entiende que pertenecen al ámbito del planeamiento municipal, con lo se intentará desactivar el conflicto con los concellos.
Así, Hernández aseguró que en las nuevas Normas do Hábitat se anularán todas las disposiciones que exigen una determinada orientación de los edificios para captar más horas de sol o que la luz solar incida de forma directa en algunas de las dependencias de las viviendas.
Esta exigencia, tal como está recogida, resulta un quebradero de cabeza para su aplicación y limita las posibilidades edificadoras, pues obliga a los ayuntamientos y a los promotores a trazar nuevas calles, donde no estuvieran planificadas, con muchas limitaciones y precisión y a buscar en los edificios la orientación solar adecuada, puesto que, por ejemplo, se exige que el salón o el comedor disfruten de una hora diaria de sol directo en el mes de diciembre.
El eliminar de las Normas do Hábitat todo lo referente al planeamiento urbanístico tendrá además otras posibles implicaciones –sobre las que el conselleiro no quiso pronunciarse a la espera de aprobar el borrador en el Consello–, como que sean los ayuntamientos en sus respectivos planes los que decidan el vuelo máximo de los balcones (1 metro según el decreto de la Xunta) y galerías (1,5 metros), sobre la separación entre edificios y cómo debe ser su integración con el resto de la trama urbana. Las normas de la Xunta obligan a que la escala de los mismos deberá ser coherente con el paisaje natural o urbano y respetar las características volumétricas y tipológicas existentes.
La intención de la Consellería de Medio Ambiente es conservar gran parte de las condiciones de habitabilidad recogidas en las Normas do Hábitat, como la amplitud mínima de pasillos (un metro de ancho) y puertas (80 centímetros), pero flexibilizando su aplicación.
La previsión del conselleiro es que el borrador, tras discutirlo con los agentes del sector, se pueda aprobar en la reunión del Consello de la próxima semana o en la última semana de agosto, para luego abrir una ronda de negociaciones con la Federación Galega de Municipios e Provincias.
En principio, parece que se van a respetar las dimensiones mínimas de los baños (5 metros cuadrados y con una separación entre paredes de 1,6 metros), de las plazas de garaje y de los tendederos. Pero el campo par las reformas es muy amplio, como volver a modificar la superficie mínima de los pisos, de las habitaciones o la altura del techo.
Aunque el decreto de las Normas do Hábitat lleva en vigor quince meses, su aplicación práctica ha resultado escasa, limitándose casi en exclusiva a los pisos protegidos, porque los promotores sabiendo de la exigente normativa visaron en el primer trimestre de 2008 licencias para construir 30.000 pisos para así eludir las nuevas condiciones en las edificaciones impuestas por el bipartito.
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