En los casi 1.500 kilómetros de costa que dibujan Galicia, la Ría de Vigo ocupa una privilegiada posición, el área más poblada de toda la comunidad -unos 450.000 habitantes- y uno de los motores económicos, con más de 2.200 actividades industriales. Ésa es la cara. La cruz viene con los vertidos urbanos y de fábricas, "una grave situación sanitaria y medioambiental", según Greenpeace, que coloca la zona entre los diez "puntos negros" del litoral español más amenazados. "Los altos niveles de contaminación del estuario están bien documentados", recuerda la organización ecologista, que hace hincapié en el peligro que esto supone con la proximidad de las Cíes y de todo el Parque Nacional de las Illas Atlánticas, y de otros cinco lugares -Costa da Vela, Illas Estelas, A Ramallosa, Cabro Udra y la Ensenada de San Simón-, de Interés Comunitario y pertenecientes a la Red Natura 2000.
Tres son los principales focos contaminantes. La desembocadura del río Lagares, por un lado, con altos niveles de plomo y zinc; la acumulación de plomo en la Ensenada de San Simón; y la de zinc, plomo y cobre en los alrededores de puerto de Vigo. Hasta 190 puntos de vertido, subraya Greenpeace, que se basa en el diagnóstico realizado por la propia Xunta. "La situación real es una incertidumbre", añade la asociación en su informe anual Destrucción a toda costa. La depuradora del Lagares está "desbordada" y cada mes se arrojan a sus aguas "2.000 millones de litros sin procesar". Greenpeace duda de que la nueva estación anunciada por la Consellería de Medio Ambiente para 2011 tras el respiro que la Unión Europea dio con el archivo de la multa multimillonaria por la contaminación en la zona consiga que la Ría alcance la calidad establecida por Bruselas.
El demoledor análisis señala otros tres graves problemas de contaminación en rías gallegas de un total de 19 "puntos negros" en la comunidad, ya sea por vertidos como por la presión urbanística. Son la Ría de Pontevedra, con una situación "extrema", principalmente por la presencia de Mercurio, detectado en el agua, en los sedimentos y los mejillones y que, según varios organismos medio ambientales, está relacionada con la actividad de Ence-Elnosa; la Ría de O Burgo, en la entrada de A Coruña, donde "las malas condiciones del agua por la contaminación industrial y urbana pone en grave riesgo" la continuidad del marisqueo; y la de Corcubión, entre las más contaminadas de Galicia con la presencia de Hidrocarburos Aromáticos Policíclicos que en un principio se achacaron al Prestige y que ahora el Centro de Control del Medio Marino vincula a las escorias de la fábrica que Ferroatlántica tiene en Cee.
Pensando en el futuro, desde Greenpeace llaman la atención sobre el peligro del plan acuícola de Galicia. Diez plantas -Bico dà Ran, Lira, Meirás, Sera, Quilmas, Camelle, Xandrina, Seiruga, Hio Longo y Corvo- "invaden o afectan" espacios recogidos en la Red Natura.
"Incomprensible" para Greenpeace que la Xunta "no haya tenido en cuenta los impactos ambientales negativos" que tendrá el Plan Director de Náutica Deportiva. Un plan que prevé prácticamente triplicar el número actual de amarres -unos 14.000 entre los activos y los que están aprobados- y llegar hasta los 31.000. "Una sencilla comparación pone de manifiesto la exageración de las cifras del plan", apunta la organización ecologista. Galicia, según sus cálculos, tiene ya un porcentaje diez veces superior a las plazas de Italia -con diez veces más costa que la comunidad- de embarcaciones por amarre, y hasta seis veces por encima del dato de Francia, que es el país europeo con mayor número de embarcaciones de recreo. "La única buena noticia" para Greenpeace "es que no se destruirán nuevos tramos de costa para construir más puertos". Los concellos de costa que más riesgos corren en Galicia por estas actuaciones son Cedeira, Bueu, Cangas do Morrazo y Baiona, donde se podrían perder playas por las obras.
En los 86 municipios costeros de Galicia se ha construido en toda su historia 816.000 viviendas. ¿Que ocurrirá en el futuro? A la espera de los resultados de la prohibición mediante ley de la Consellería de Política Territorial para edificar a menos de 500 metros de la costa, lo cierto es que, según los datos de Greenpeace, los concellos de litoral están recalificando terrenos para levantar a una década vista hasta 680.000 nuevas viviendas, "más que las previstas, por ejemplo, en la Costa del Sol". Por eso la organización cree que el Gobierno gallego tiene muy crudo la paralización de lo que se ha denominado la "marbellización" de Galicia. Pone ejemplos, algunos con sus proyectos paralizados. Como la macrourbanización de 700 viviendas de Miño (A Coruña); proyectos en Sada; Oleiros, que acumula tres planes urbanísticos frenados por la Xunta; Gondomar, donde se prevén 1.000 nuevos pisos en cinco años; el PXOM de Moaña... Junto a esto, proyectos como el nuevo relleno del Puerto de Vigo que, según Greenpeace, "asfixiará" la ría.