Un edificio de viviendas en pleno centro de Panxón es la obra que deja a medio hacer el promotor miñorano Carlos Rocha Portela tras su ingreso provisional en prisión, acusado de un presunto delito de blanqueo de dinero.

Los trabajos de construcción del inmueble ubicado en la conocida «curva de Donato» quedaron paralizados hace dos semanas, poco después de la detención del conocido empresario. La estructura de hormigón que ha sido levantada amenaza ahora con perpetuarse en el paisaje del puerto de Panxón.

El grupo Iglepor había comprometido la venta de algunas de las viviendas, pero su comercialización ha quedado bloqueada por el momento mientras no se resuelva la situación del promotor.

El edificio es el último ejemplo de la polémica que ha rodeado el desarrollo de los proyectos inmobiliarios de Carlos Rocha durante los últimos años.

Las obras comenzaron sin licencia municipal a finales del pasado verano después de un largo proceso en el que el anterior propietario de la parcela consiguió la modificación de las normas de planeamiento para poder edificar una tercera planta y compensar así un supuesto error de alineación.

Licencia

El 4 de enero de este año Rocha consiguió la licencia cuando ya había edificado la primera planta. En la comisión de gobierno, los dos ediles del BNG no firmaron la propuesta del alcalde, Efrén Juanes, en cuanto que no habían apoyado la modificación de las normas de planeamiento y porque consideran que el Ayuntamiento debería de haber paralizado las obras y obligado al promotor a presentar un proyecto de legalización.

Los nacionalistas se manifestaron en contra de este proyecto porque consideran que el edificio será un torreón que romperá con la estética del paisaje urbano de Panxón. Y es que el resto de los propietarios de las fincas colindantes no se beneficiaron del aumento de edificabilidad que se otorgó a este solar para corregir el error de alineación, lo que también fue objeto de polémica en su momento.