Agentes medioambientales de la Xunta declararon ante el Seprona que al menos dos días antes de que se produjera la mortandad masiva de peces en el embalse de Fervenza alertaron al jefe de explotación de Ferroatlántica de la situación crítica a la que estaba abocado el embalse si no se reducía el caudal ecológico que en ese momento salía de la presa hacia el embalse contiguo de Ponte Olveira.

Los testimonios de estos agentes forman parte de la investigación realizada por el Seprona a instancias del Juzgado de Instrucción número 2 de Corcubión, cuyo titular imputó recientemente a dos cargos de Ferroatlántica y otros dos de Augas de Galicia, organismo dependiente de la Consellería de Medio Ambiente.

Según aseguran fuentes jurídicas, el jefe de explotación habría respondido que precisaba una orden por escrito de la consellería o de Augas de Galicia para llevar a cabo la reducción de caudal, que sería posible de acuerdo con el régimen de la concesión de 1958 y la Ley de Pesca, que permitirían adecuar la salida de agua a los aportes que recibe el pantano en períodos de sequía.

Antes de que el 10 de noviembre el nivel del embalse llegara al 0,4%, Ferroatlántica estaba soltando por la presa unos 3 metros cúbicos de agua por segundo, mientras que el aporte del Xallas al embalse era solo de 0,36. Todo apunta a que era posible reducir el caudal a 1,36 metros cúbicos para que el vaciado del embalse no alcanzara el bajísimo nivel que dejó el agua sin oxígeno.

El cruce de avisos, no obstante, es complejo. La presunta advertencia de los agentes medioambientales coincidiría -con una diferencia de horas- con el fax enviado por Ferroatlántica al Servizo de Protección da Natureza de la Delegación de la Consellería de Medio Ambiente en A Coruña. En él se alertaba de una reserva de agua «extraordinaria e historicamente baixa» y se animaba a la Xunta a tomar medidas «a fin de evitar riscos á fauna piscícola». Medio Ambiente considera que este fax debería haberse dirigido a Augas de Galicia, y el Seprona deduce a su vez que este organismo debía estar al tanto de la situación de Fervenza a través de los boletines hidrológicos que confecciona periódicamente y que días antes del 10 de noviembre marcaba niveles críticos. También llama la atención que los agentes medioambientales conocieran la situación crítica de Fervenza y no existiese comunicación con los funcionarios de Augas de Galicia, que dependen de la misma consellería.

En cualquier caso, la responsabilidad directa del vaciado de Fervenza recaería en principio en Ferroatlántica, mientras que a Augas de Galicia solo sería imputable la falta de control sobre el embalse.