Galicia es conocida, entre otras cosas, por sus bosques y sus campos. Sin embargo entre los años 2011 y 2040 la comunidad gallega reducirá en un 22% su productividad forestal y agrícola según el informe del Observatorio de la Sostenibilidad en España, un organismo independiente de investigación científica. Los expertos del señalan como principales causas de la pérdida de rentabilidad de la tierra gallega el descenso de las precipitaciones, el urbanismo y los incendios.
Que Galicia pierda su "verde" se debe a varios motivos. Javier Montalvo, profesor de Ecología en la Universidad de Vigo, que participó en la elaboración del informe, explica que "con el cambio climático descenderán las precipitaciones y aumentará la temperatura, lo que conlleva que haya menos agua disponible" que puedan aprovechar los vegetales. Por otro lado están las "condiciones" provocadas por el hombre con las urbanizaciones y los incendios.
Fernando Prieto, coordinador del programa, completa las causas. Señala que el suelo gallego, ácido y silíceo, no almacena agua. "Si disminuye el agua podría ver perjudicada la productividad vegetal gallega", asegura. La situación empeora si se tienen en cuenta los numerosos pinos y eucaliptos plantados en la comunidad, que no facilitan que el agua se quede en los suelos. "Las zonas serán cada vez más secas y el bosque producirá menos", precisa.
Sin embargo, esto no sucederá en otras comunidades del norte de España como el País Vasco o Cantabria, que se mantendrán básicamente estables. La rentabilidad de su tierra sólo se reducirá un 1%. Esto se debe a que se encuentran en una latitud más al norte y el cambio climático les afectará con más suavidad, según el informe del OSE. Además, aunque aparentemente Galicia y estas comunidades son muy semejantes su suelo es distinto. El vasco y cántabro almacenan más agua.
La madera, los frutos, los cultivos, los matorrales... se irán reduciendo poco a poco. Esto traerá consecuencias negativas para el medio ambiente. Los bosques van a crecer mucho menos y las tierras fértiles disminuirán.
Pero todo esto todavía tiene solución. "Plantar robles a lo bestia", es la apuesta Prieto. "Hay que reivindicar las especies autóctonas", puntualiza. "Entre el año 2020 y 2050 Galicia debe transformar las masas forestales de pinos y eucaliptos en robles y hayas, árboles más estables", enfatiza el coordinador del programa. "Aunque tarden más en crecer, los robles con la caída de las hojas van formando el suelo, las raíces se meten en él y el agua va saliendo poco a poco", asegura.
Javier Montalvo se muestra de acuerdo con Prieto. "Hay que contribuir para que haya una vegetación que aproveche mejor los recursos de ahora y que resista a las condiciones futuras para no perder productividad biológica terrestre", dice.
Junto a esto, los expertos recuerdan la necesidad de reducir al mínimo el impacto de los incendios y también frenar la expansión urbanística hacia espacios vírgenes.
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