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GALICIA

01/12/2007 | Paula Pérez | SANTIAGO


Los gallegos que viven por debajo del umbral de la pobreza crecieron en 90.000 en un año


Cada vez hay más gallegos bajo el umbral de la pobreza. Según las cifras del Instituto Nacional Estadística, un 23 por ciento de la población de Galicia vivía en 2006 en situación de penuria económica, lo que equivale a 636.500 personas. Son 92.000 más que las contabilizadas el año anterior cuando el índice de pobreza en la comunidad autónoma se situaba sólo en el 19,7 por ciento de sus habitantes. A esto hay que sumar que un tercio de los hogares gallegos aseguran no disponer de dinero para afrontar gastos imprevistos y que un 53 por ciento no se puede permitir irse de vacaciones al menos una semana al año.

Galicia ocupa el séptimo puesto en el ranking de comunidades autónomas con mayor tasa de pobreza, después de Extremadura, Murcia, Castilla La Mancha, Castilla y León, Canarias y Andalucía. Según la metodología del INE, una persona es pobre cuando su renta no supera el 60 por ciento de la mediana de ingresos de los hogares españoles.

En concreto, según la Encuesta de Condiciones de Vida, dos de cada diez familias gallegas tienen unos ingresos inferiores al mes a 750 euros. En el extremo contrario están unos 145.000 hogares, un 15 por ciento del total, que ganan casi 3.000 euros mensuales.

El ingreso medio por persona en Galicia supera los 7.600 euros al año, por debajo de la media estatal que se sitúa en 8.400 euros.

A algunos las dificultades económicas les impiden disponer de determinados equipamientos. Así, un 16 por ciento de los hogares gallegos no pueden mantener su vivienda a una temperatura adecuada. Sólo la mitad de las familias disponen de ordenador en casa y, entre los que no lo tienen, hay un 20 por ciento que argumentan razones económicas para no adquirirlo.

En Galicia hay además 152.000 adultos que aseguran que no han podido recibir tratamiento dental, la mitad de ellos porque no se lo podía permitir económicamente.

Salud

Los gallegos son además los más pesimistas de España con respecto a su salud. Un 17 por ciento de los encuestados confiesa que su estado es "malo" o "muy malo". El Instituto Nacional de Estadística evalúa también el número de adultos que sufre alguna enfermedad grave: un total de 687.000 personas, es decir casi un tercio de la población gallega, un balance más positivo que el realizado hace un año cuando esta cifra alcanzaba los 700.000.

Los ruidos ocasionados por vecinos o procedentes de la calle suponen un trastorno para el 18,9 por ciento de los hogares de Galicia. Éste es el principal problema que han identificado los gallegos en relación al entorno en el que viven. Pese a que las quejas por fenómenos como el del botellón van en aumento, el porcentaje de familias que aseguran sufrir ruidos ha descendido en relación a 2005 cuando la cifra de afectados se situaba en un 20 por ciento.

Otros problemas como el vandalismo y la delincuencia tienen en Galicia menor impacto que en otras comunidades autónomas. Sólo un 10,5 por ciento de los hogares gallegos consideran que es un trastorno.

En cuanto a la vivienda cada vez son más los gallegos que tienen un piso en propiedad. Si en 2005 el 82 por ciento de las familias tenían casa propia, este porcentaje se ha elevado hasta el 85 por ciento el pasado año




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