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EL PAIS

GALICIA

17/09/2007 | Manuel V. Sola | VIGO


El futuro orden municipal


La nueva descentralización es metropolitana


La Xunta lanzará la inversión en las áreas de Vigo y A Coruña sin dar competencias a sus alcaldes


La Xunta no quiere alcaldes con más poder, ni está dispuesta a ceder competencias y dinero a los ayuntamientos. Tampoco va a atreverse a vaciar de contenido las diputaciones. La descentralización que tiene en marcha es metropolitana. La Ley de Áreas Metropolitanas que tiene previsto aprobar en 2008 sí dará dinero y capacidad de gestión a los ayuntamientos, pero siempre y cuando se asocien para planificar juntos sus viviendas, su suelo industrial, sus carreteras o sus trenes. El borrador de la descentralización prevé concentrar la inversión pública en las dos zonas que manejan el 52% de la actividad económica de Galicia. Vigo-Pontevedra y A Coruña-Ferrol. Pero el plan está encallado. Vigo, la ciudad más rica, se siente engañada.

El objetivo de la Xunta es que al menos el 50% de su inversión productiva se concentre en las futuras áreas metropolitanas de Vigo-Pontevedra y A Coruña-Ferrol. Es el método que el presidente Pérez Touriño y su conselleiro de Presidencia, Méndez Romeu, han diseñado para poner fin a la era Fraga, en la que la inversión pública se diseminaba en zonas sin actividad económica.

La conselleira de Política Territorial, María José Caride (PSOE), adelantó el viernes en Vigo los trazos esenciales de la descentralización metropolitana. Si Vigo y Pontevedra se asocian, habrá dinero para un transporte metropolitano, que incluirá barcos (Vigo-Cangas-Moaña), autobuses, trenes (AVE y cercanías) y carreteras (autovía sin peaje entre Vigo y Pontevedra). En A Coruña-Ferrol se plantea una solución similar, siguiendo el modelo del consorcio que gestiona la basura de la mancomunidad de Nostián. Es una solución política y blanda, para no dar poder ni dinero a los alcaldes, sino a una asociación de alcaldes.

"El transporte metropolitano será una revolución y una apuesta clara por la competitividad del transporte público. Habrá zonas de transferencia, billetes únicos sin penalizar el transbordo, para que los ciudadanos que usen el transporte metropolitano no tengan que volver a pagar al incorporarse al urbano de Vigo", explicó Caride. Los cálculos económicos encargados por la Xunta indican que los ayuntamientos asociados pasarían de gestionar un 16% del gasto público de Galicia al 28%, a poco que funcionasen servicios metropolitanos.

La novedad de esta descentralización está en que, en lugar de dar el dinero y las competencias directamente a los alcaldes, se transferirían a consorcios y mancomunidades en las que puede diluirse el poder y el protagonismo político. Es un plan metropolitano casi idéntico [ver mapa] al que el PP dibujó, editó y envió a todos los ayuntamientos en 2004, poco antes de perder la Xunta. "Me agrada que reconozcan lo que siempre han negado: que el PP tenía un modelo de ordenación del territorio" apunta Alberto Núñez Feijó, actual presidente del PP, que en 2004 fue autor de las aquellas directrices de ordenación de territorio. Caride está redactando otras y se ha comprometido a presentarlas antes de fin de año.

Lo que el presidente de la Xunta busca es que los dos espacios más dinámicos de Galicia funcionen como un todo a la hora de redactar sus planes urbanísticos, de diseñar depuradoras, plantas de basura, la coordinación de los puertos o la proyección internacional como grandes metrópolis europeas.

Según el diseño que está elaborando la Consellería de Presidencia e Administracións Públicas, entre el área funcional metropolitana de Vigo y la de A Coruña se concentrará el 52% del Producto Interior Bruto (PIB) de Galicia y el 47,5% de la población residente. Los estudios que apoyan el plan metropolitano indican que la población real flotante de las dos metrópolis supera el 65% de la población gallega. Dicho de otro modo, en estos dos focos se concentran a diario las dos terceras partes de la actividad de Galicia. Para poner en marcha el proyecto, la Xunta se ha encontrado con dos escollos muy potentes. El presidente de la Diputación de A Coruña, Salvador Fernández Moreda (PSOE) se opone al plan metropolitano porque entiende que si le quitan la franja A Coruña-Ferrol se queda sin competencias. El alcalde de Vigo, Abel Caballero (PSOE), considera que Vigo perderá protagonismo si ha de unir su desarrollo al de Pontevedra, la capital de la provincia.

"Cuando en 2004 diseñamos las áreas de Vigo-Pontevedra y A Coruña-Ferrol lo hicimos como un modelo de máximos. Un punto de llegada. Pero ese proceso tiene fases y si el PSOE dice no al Área Metropolitana de Vigo con 14 municipios es porque quiere retrasar ese proceso. Eso está muy claro", analiza Feijóo.

El caso de Vigo es muy especial porque al tiempo que los políticos locales reclaman un área metropolitana sin Pontevedra, los empresarios solicitan la creación de un distrito industrial para atraer inversión privada y disponer de infraestructuras. PP y BNG están de acuerdo en empezar por crear la metrópolis de 14 municipios y el PSOE quiere empezar por 28 ayuntamientos, siempre sin Pontevedra y su cinturón. "Este plan no es para restar a nadie ni para sumar a nadie y sólo se hará si hay consenso", indica José Luis Méndez Romeu, conselleiro de Presidencia. "Claro que hay que unir Pontevedra y Vigo. Es un área de convivencia que ha de tener un proyecto común, con servicios comunes, planificación conjunta, para levantar el peaje y generar economías de escala. Pero esa es otra fase", subraya Feijóo.

La Xunta insiste en que su proyecto es el más ambicioso y el más real, con la actual dinámica económica. De hecho, tanto el Área Metropolitana Funcional de Vigo-Pontevedra como la de A Coruña-Ferrol nacerían con la mitad del potencial económico del que en este momento ya tienen el Área Metropolitana de Oporto o la de Bilbao.

¿Y el resto de Galicia?

Si la Xunta pretende meter media Galicia y el grueso de su inversión en dos focos, ¿qué sucede con el resto del país? La Consellería de Presidencia e Administracións Públicas aún no tiene cerrado el proyecto, pero su idea es que se organicen otras tres áreas urbanas más pequeñas en Santiago, Ourense y Lugo y que el resto de Galicia se estructure en 12 o 15 zonas, que serían las nuevas comarcas rurales.

Lo que la Xunta, y más concretamente el PSOE, se niega a abordar en este proyecto es la supresión de diputaciones o la fusión de los ayuntamientos más pequeños. En A Coruña hay 11 municipios con menos de 2.000 habitantes; en Lugo hay 9 con menos de 1.500 residentes; en Ourense existen 10 municipios con menos de 1.000 empadronados; y en Pontevedra hay 5 con menos de 5.000 habitantes. Sólo reestructurando estos microayuntamientos se lograría una concentración municipal del 10%.

Es un modelo muy parecido al recientemente aprobado por el Parlamento Vasco y que, en primera instancia, busca luchar contra la fiebre urbanizadora que le ha entrado a todos los ayuntamientos gallegos. Si se redactan planes urbanísticos metropolitanos o comarcales, se rebajarán las propuestas individuales de edificación y se liberará más suelo para zonas industriales, de recreo o de instalación de infraestructuras. "Ahora no existe una estructura formal, como la que proponemos", sostiene Méndez Romeu, "donde se encuentren los actores políticos y los agentes económicos y con carácter supramunicipal".




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