La concentración de plomo junto a San Simón se ha multiplicado por 1.300 en medio siglo
La ría es una cloaca en la que cada día se vierten sin tratar 75.000 litros de residuos fecales. La cantidad asusta, pero, pese a su grosor, no es lo más preocupante para una ría en la que hay restos de productos químicos prohibidos y de elevada toxicidad. Lo confirmaban ayer algunos de los más de 150 científicos que estos días analizan en el campus las consecuencias de la marea negra del Prestige, que aseguran que el fuel del buque es apenas un problema menor dentro del drama diario que supone la contaminación del mar. De hecho, explican que por cada tonelada de hidrocarburos que llega al mar por una marea negra, las ciudades e industrias producen tres, y las sentinas de los barcos generan otras tantas.
Al final, la confluencia de focos de contaminación provoca situaciones como la de Vigo, una ría sin saneamiento en la que aparecen todo tipo de metales pesados y sustancias peligrosas, como comprobaron en el equipo del investigador Juan José González, del Instituto Español de Oceanografía. «La zona más contaminada, aparte del puerto y Bouzas, por los astilleros y por todo lo que se mueve allí, es el litoral de A Guía. Allí hemos encontrado metales pesados y bifenilos policlorados, unos productos de síntesis muy tóxicos cuya fabricación está prohibida en Europa desde hace años, pero que aparece en aguas de la ría», apunta Juan José González
Este científico, que es además vocal de la comisión de coordinación científica que en los últimos años ha seguido los efectos del hundimiento del Prestige en el ecosistema, aclara que esos bifenilos policlorados, cancerígenos y de alta toxicidad, se utilizan como transformador en procesos industriales. Se emplean así en soldaduras -por lo que su presencia podría estar relacionada con los astilleros que flanquean A Guía-, pero también aparecen en solventes, pinturas, tintas y plaguicidas.
Aunque no son la única presencia alarmante: pasado Rande, en dirección a Arcade, las aguas de la ría muestran una elevada concentración de metales pesados. Es el caso del plomo, también de alta toxicidad, presente en los sedimentos cercanos a la isla de San Simón en concentraciones de 65.000 miligramos por gramo, según las mediciones realizadas por la investigadora de la Universidad de Vigo Paula Álvarez. Esa cantidad es 1.300 veces superior a los 50 miligramos por gramo que detectó en sedimentos de la ría previos a la eclosión industrial de Vigo. Aunque lo peor no es la cantidad, sino el hecho de que se encuentra en fracciones biodisponibles: es decir, podría acabar en peces, bivalvos o algas.
Junto al plomo aparecen en la ría otros metales pesados como arsénico, cromo, cobre, cadmio o zinc. Y eso sin olvidar a los propios residuos orgánicos generados por lo hogares, calificados ayer por otro científico, Victoriano Urgorri, de «contaminación microbiana y bacteriana». «La falta de saneamiento es preocupante porque convertimos las rías en alcantarillas,-reflexiona Urgorri- pero también preocupa que a las industrias les compense pagar la multa por contaminar en vez de hacer los cosas bien».
El conselleiro de Medio Ambiente, Manuel Vázquez, explicó ayer que la nueva depuradora prevista en Vigo resolverá buena parte de los problemas ambientales de la ría de Vigo, aunque aclaró que la costa sigue pendiente de un plan integral de tratamiento de sus residuos que dependerá en buena medida de la decisión de la UE respecto a la multa propuesta para la Administración española por el alto grado de contaminación actual.
La Unión Europea, según aclaró ayer el mandatario gallego, tiene de plazo hasta febrero del 2008 para resolver el expediente abierto. La Xunta confía en que el plan de actuación presentado en Bruselas sirva para frenar la multa.
La Comisión Europea comenzó a tramitar el expediente sancionador contra España por el incumplimiento de una sentencia de 2001, que establecía una condena por los niveles de contaminación superiores a los permitidos para la explotación de moluscos en la ría viguesa.
Según el conselleiro, el programa de actuaciones diseñado para reducir la contaminación en la ría viguesa deberá estar plenamente activo a finales de 2010 o en el primer semestre de 2011. Para entonces, la ría de Vigo dejará de ser «un problema medioambiental».
El programa no sólo se centra en la cría de moluscos -que fue la petición expresa de la UE y su principal motivo para la propuesta de una multa-, sino que contempla una mejora de la calidad de las aguas.
De acuerdo con el plan, en el 2008 debería reducirse la carga contaminante en la zona de Soutomaior, en el año 2009 le tocaría el turno a Cangas y a Redondela, ya en el 2010, la ría estaría en condiciones de cumplir al cien por cien la normativa fijada por la UE.