Los vecinos de la localidad pontevedresa de Caldas se levantaron ayer con una visión insólita: el río Umia de color verde en el mismo centro de la villa. La plaga de la cianobacteria Microcystis, que se multiplica por millones de células por mililitro en el embalse de A Baxe desde hace unos días, ha puesto a la Xunta y al Concello contra las cuerdas.
La gravedad del estado de las aguas en el embalse llegó a tal punto que los responsables de la Consellería de Medio Ambiente dieron la orden de abrir las compuertas de la presa de A Baxe, que vació una enorme cantidad de agua teñida del verde de la microalga al resto del ya castigado cauce del Umia. El embalse vació agua toda la noche y durante el día y el resultado no dejó de proporcionar estampas sorprendentes. El río teñido de verde y los vecinos preguntándose si podían beber el agua de la traída. Para algunos, esta última acción era más bien un acto de fe que de ciencia. El color del río no invitaba precisamente a degustar el agua del grifo.
No obstante, desde la Xunta y el Concello se insistió en que una cosa es el agua sin tratar en el río y otra muy distinta la filtrada y depurada que sale de las tuberías de las viviendas. El alcalde, Juan Manuel Rey, explicó que los análisis de la traída realizados ayer por la mañana indicaron que el agua era potable. La Xunta insistió también, por boca de su delegado territorial en Pontevedra, José Manuel Cores Tourís, que «a auga estivo sempre apta para o consumo e segue estándoo».
No obstante, los vecinos se quejaban ayer de los cortes intermitentes en el suministro -ayer hubo de varias horas- y mostraban su desconfianza sobre la calidad del servicio. La causa de las restricciones está en la capacidad de depuración de la potabilizadora. El agua de consumo de Caldas se capta en Segade desde el río Umia, aguas abajo del embalse, y se depura con un proceso de ozono y carbono activo.
Trasvase en cisternas
«El sistema es bueno», insistió el alcalde, pero también recalcó que le llega tan cargada de cianobacterias y de partículas en suspensión que el Concello se ve obligado a limpiar los filtros varias veces al día. Esto implica cortar el suministro cuando el nivel de agua depurada en el depósito municipal es demasiado bajo. «Los filtros se autolavan una vez cada dos días, ahora lo hicimos cuatro veces al día y con el río verde, pues supongo que quizás seis u ocho», precisó.
El agua resultante es apta para el consumo, pero sigue siendo insuficiente para la demanda de Caldas. El alcalde pidió la ayuda de Augas, que ayer le envió camiones cisterna. Estos vehículos, con el apoyo del coche de bomberos municipal y mangueras, tenían previsto hacer un trasvase de 25.000 litros durante la jornada desde un vial público hasta el depósito del Concello en Pedra do Pan. El primer trasvase se llevó a cabo ayer y se contempla su continuación hasta que pase la emergencia.
Por su parte, la Xunta destacó ayer que «non se trata dun problema de calidade de auga senón de cantidade, polo que a medida só ten como obxectivo completar a subministración». Según Cores Tourís, la decisión de los cortes es del alcalde y afirmó que Augas ha puesto a disposición del Concello todos los medios suficientes.
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