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GALICIA

13/08/2010 | Gabino Porto | AS NEVES


"Vivimos una pesadilla"


"Creí que ardíamos", confiesa Marcelino González, vecino de As Neves, rescatado de su vivienda cercada por las llamas

El humo se ha disipado. El portal dos de la Circunvalación de As Neves recupera la normalidad. Marcelino González Novoa y su esposa, Esperanza Calzada, salen al pequeño porche que da a la carretera. Allí ella toma un tentempié, ve cómo pasan los coches y cómo algunos aminoran la marcha para ver que, desde las paredes de la vivienda, la vegetación fue sustituida por un humeante manto negro.

Han pasado 24 horas desde el incendio que a punto estuvo de dejarles sin casa. Ambos estaban dentro de la vivienda cuando ocurrió todo, y fue tan rápido que no tuvieron tiempo a reaccionar. "Los tuvimos que sacar de casa porque tenían un ataque de pánico", explica su hija, Isabel González Calzada.

"Fue tremendo", añade Marcelino, "creí que ardíamos, y lo más triste es que habíamos advertido que podía pasar esto. ¿Cómo se puede permitir que a pocos metros de una casa existan bosques de eucaliptos y maleza?", se pregunta.

"La casa se salvó por los pelos", matiza Isabel. Fue la primera a la que llegó la llamarada "y en ese momento no habían llegado los medios de extinción, así que tuvimos que usar mangueras. La verdad es que tenemos unos vecinos maravillosos, en minutos estaban aquí ayudando".

Y Marcelino asegura que echó de menos que los helicópteros descargasen sobre la casa "como hace seis años, que vertieron tres de sus tanques para enfriar". Oscar, que es otro de los hijos acudió desde Ponteareas, donde regenta una vinoteca, para apoyar la extinción. Él valora que funcionasen las bocas de incendio después de que en algunas ocasiones lo hubiese reivindicado en cartas al director enviadas a FARO. Y también aprecia la eficacia del operativo contraincendios: "Lo hicieron bastante bien, mucho mejor que otros años", resume.

Trasç la casa de Marcelino está el colegio público. Antes un cruce con una calle de salida y la bajada a "Eira da Liñaza", que es la zona residencial, con vistas al Miño y a un increíble paisaje de Portugal. El fuego jugó al escondite en la urbanización y ayer un rescoldo a punto estuvo de atacar a un chalé de madera, lo que movilizó a efectivos de medio rural y a los bomberos del Parque de Porriño.

Gonzalo Casas, que es constructor y fue concejal, tiene su vivienda en esta zona pegada al monte. "Yo creo que son necesarios cambios legislativos, y los culpables de esto son quienes pueden hacerlos y no lo hacen". En una tertulia improvisada, otros vecinos apuntan a que a los que tienen maleza en sus fincas debe perseguírseles "penalmente como corresponsables". Mientras tanto recuerdan los momentos de miedo causados por la proximidad del fuego y cómo el espeso humo y agobiante humo les impedía respirar.




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