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GALICIA

22/07/2010 | Neli Pillado | OIA


La Policía Autonómica investiga un atentado contra el petroglifo del río Vilar en Oia


Una capa de yeso y un producto químico similar al aceite cubren la inscripción lítica


Garrido muestra el petroglifo dañado con escayola y
aceite. En el recuadro, la reproducción del grabado. // N.P

Los ataques al patrimonio histórico parecen una constante en el municipio de Oia. Tres meses después de la destrucción de un petroglifo en Burgueira a causa de una plantación de kiwis, la Policía Autonómica investiga ahora un nuevo atentado contra los grabados neolíticos del río Vilar, en la parroquia oiense de Pedornes. Estos hallazgos, únicos en España, resultan muy reconocidos en el mundo de la arqueología, ya que muestran una figura de un barco que no se repite en ninguna otra parte de la península ibérica. Su trascendencia no ha impedido que unos desaprensivos los hayan cubierto de yeso y de productos químicos.

Agentes del cuerpo de seguridad gallego visitaron ayer la zona tras recibir una denuncia de un particular respecto a lo sucedido el pasado día 15. El denunciante advertía del atentado arqueológico con materiales químicos. Los autores del ataque utilizaron yeso y vendas para cubrir una parte del grabado, concretamente la mitad izquierda del casco del barco y algunos de los ciervos del área superior del hallazgo. La otra mitad se encuentra también impregnada de un producto similar al aceite que oscurece la piedra notablemente.

Los agentes consultaron con Xabier Garrido, un vecino de Pedornes estudioso de los petroglifos del entorno, para localizar la zona exacta del cauce del río Vilar donde se encuentra el yacimiento vulnerado, un lugar de difícil acceso para cualquier persona ajena a la materia. Además de encontrarse oculto por la maleza y los eucaliptos, los accesos presentan piedras y escombros. Esta circunstancia lleva a pensar que las personas que cubrieron la inscripción lítica conocen el lugar a la perfección o se informaron sobre cómo llegar antes de cometer este delito contra el patrimonio.

Garrido lamentaba ayer lo sucedido, ya que teme que los materiales utilizados dañen la piedra sobre la que se inscriben los dibujos prehistóricos e incluso los difuminen. Por eso espera que la Policía Autonómica de con los infractores para que asuman las consecuencias. Este tipo de delitos pueden acarrear multas de hasta 180.000 euros, según la normativa gallega.

No es la primera vez que el municipio registra daños en sus yacimientos. El pasado abril, la maquinaria que removía la tierra para poner en marcha una plantación de kiwis en la zona de Boaventura, en la parroquia de Burgueira, acabó con otro petroglifo y puso en peligro una villa romana localizada en la zona. El Seprona denunció entonces al gobierno municipal por no haber paralizado las obras cuando la Dirección Xeral de Patrimonio lo ordenó.




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