La Comisión Europea confirmó ayer que ha abierto una investigación destinada a esclarecer por qué en la ría de Corcubión se incumplen los límites de contaminación que admiten las directivas europeas sobre zonas marisqueras y de baño. Esas normas imponen exigentes parámetros de calidad para las aguas destinadas a la cría y extracción de moluscos y para las playas que se consideran aptas para uso lúdico. Su incumplimiento puede derivar en la apertura de un expediente de infracción.
«La Comisión ha iniciado una investigación para comprobar el cumplimiento en la ría de Corcubión de los requisitos establecidos» en esas directivas, explica el comisario de Medio Ambiente, Janez Potocnik, en respuesta a una pregunta parlamentaria del eurodiputado Oriol Junqueras, de Esquerra Republicana de Catalunya. Junqueras comparte escaño con el BNG, cuya candidata y portavoz ante las instituciones comunitarias, Ana Miranda, lo ocupará en el 2012.
Bruselas empezó a indagar la situación en la ría tras recibir varias denuncias de la agrupación de mariscadoras de la Confraría de Pescadores de Corcubión, de la Cooperativa del Longueirón de Fisterra y del Bloque Nacionalista Galego de la localidad. Esos escritos advertían contra el proyecto de construcción de una playa artificial en la localidad, que, según Miranda y Junqueras, supondría «verter 47.000 metros cúbicos de arena, procedentes de una cantera de extracción de caolín, en un área intermareal utilizada en la actualidad para la explotación de marisqueo a pie, lo que supondría un impacto ecológico irreversible».
En su respuesta, Potocnik alega que su departamento «no ha podido determinar ninguna infracción de la normativa medioambiental de la UE en relación con dicho proyecto», que cuenta con una declaración de impacto favorable del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. Pero aclara que sí investiga los elevados niveles de toxicidad de la ría.
«Hai uns meses, a Comisión informounos de que tiña indicios de que a contaminación vulneraba as dúas directivas. Saber agora que o investigan é unha boa noticia, porque significa que Bruxelas se toma en serio a salvagarda das rías galegas», aseguró ayer Miranda. Por su parte, el BNG local declaró en una nota que «espera que o alcalde reflexione sobre esta obra [la playa artificial], que xa non só supón un atentado medioambental, senón que significa un auténtico despilfarro de cartos».
La decisión del Ejecutivo comunitario se conoce apenas una semana después de que el Colegio de Comisarios, a instancias de Potocnik, demandara a España ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea por incumplir desde hace diez años en once municipios gallegos otra directiva relacionada con las anteriores, que obliga a garantizar el saneamiento urbano mediante la instalación de depuradoras y sistemas colectores.
Hace años que la contaminación y la ría de Corcubión unieron sus destinos. Se sabía de sobra en Cee y Corcubión, los dos municipios situados en el saco de la ría, que las cosas no estaban bien. Se sabía porque los dos municipios tenían graves deficiencias de saneamiento -todavía no solventadas completamente- y porque a su lado construía barcos un astillero y desarrollaba su actividad, desde 1903, una fábrica de ferroaleaciones.
Pero los problemas no empezaron a cuantificarse de modo riguroso hasta después del accidente del Prestige . Los análisis oficiales que se realizaron después del hundimiento del petrolero en noviembre del año 2002 para saber el grado de recuperación de la costa hicieron saltar las alarmas en los despachos.
En la ría de Corcubión se dispararon los niveles de concentración de hidrocarburos aromáticos. Su presencia en los fondos marinos obligó a la Xunta a cerrar la ría al marisqueo, ya que el marisco superaba con creces los límites permitidos para el consumo humano.
Pero la contaminación no solo apareció en los fondos. Durante un tiempo, la playa de la Concha, en Cee, justo en el fondo de la ría, estuvo cerrada para el baño porque sus aguas no reunían los mínimos de calidad exigidos.
El caso de la contaminación llegó a los tribunales, pero el asunto acabó archivado sin que se determinasen responsabilidades. En el 2004, la concentración de hidrocarburos empezó a disminuir, pero otros estudios detectaron entonces cadmio y otros metales en niveles elevados. A eso se le sumó la alta concentración de fecales. En la playa de la Concha no se baña nadie.