Pese a que los estudios de cambio climático destacan como uno de sus impactos las extinciones de especies, existen aún pocas investigaciones que demuestren tal efecto. De ahí la importancia de un estudio que abarca todo el mundo y que sitúa a los lagartos y las lagartijas como víctimas claras del calentamiento. Un 20% de las especies pueden desaparecer en 2080 si no se atenúa el cambio climático. Aunque se tomen medidas para evitar un aumento excesivo y rápido de las temperaturas, para el 6% de las especies de lagartos y lagartijas es ya demasiado tarde: se habrán extinguido en 2050.
La desaparición de estos saurios puede tener efectos notables ya que, por un lado, son alimento de aves y otros animales, pero ellos mismos son depredadores, por ejemplo, de los insectos, regulando sus poblaciones y plagas.
Puede sorprender un efecto tan letal del calentamiento en unos animales que suelen estar al Sol, en condiciones de calor. Pero su biología, su regulación térmica, pone un límite. Los lagartos y lagartijas necesitan exponerse al calor ambiental, pero se retiran a refugios frescos cuando es excesivo y aquí es dónde el aumento de la temperatura resulta fatal, ya que el tiempo que pasan refugiados no están buscando comida y, si ese tiempo aumenta porque hace fuera más calor de lo normal, comen menos. Esto repercute en su reproducción y, por tanto, en la supervivencia de la especie.
"Nuestros resultados indican que los lagartos han cruzado ya el umbral de la extinción", afirman hoy en la revista Science los 26 expertos de 12 países, liderados por Barry Sinervo (Universidad de California en Santa Cruz), que han realizado la investigación. El aumento de la temperatura en primavera es clave ya que es la época de reproducción de los lagartos, puntualizan los científicos.
El estudio partió de observaciones en Europa y en México, donde se investigaron poblaciones de 48 especies en 200 sitios, muchos de los cuales habían sido analizados desde 1975; en el 12% de esos lugares habían desaparecido estos reptiles en 2009. En la península de Yucatán, por ejemplo, se registró un aumento de temperatura en primavera de dos o tres grados centigrados, dijo ayer Sinervo, en una presentación celebrada en Madrid, en el congreso Media for Science Forum, acompañado del experto español Ignacio De la Riva (CSIC) y de Jean Clobert (del CNRS francés).
A partir de los lagartos de México, los científicos recabaron datos en el resto del mundo y han elaborado un modelo matemático de riesgo de extinción basado en las variables climáticas y las fisiológicas relacionadas con la regulación térmica de los reptiles. A continuación, para asegurar sus resultados, han validado el modelo con experimentos y observaciones de poblaciones en diferentes partes del mundo. Los lagartos vivíparos corren mayor riesgo que los ovíparos, siendo los primeros una adaptación a entornos más fríos. También es mayor el peligro de extinción en especies que ocupan territorios altos, por ejemplo, en montañas: por un lado no pueden escapar más allá de las cumbres; por otro, están expuestos a la competencia de los recién llegados, es decir, de las especies que llegan de terrenos más bajos. "En España, el cambio climático modificará la distribución de varias especies de saurios típicos de la península Ibérica, poniéndolas en peligro en muchos casos", comentó De la Riva. De hecho, el estudio presentado en Science hace referencia a extinciones locales en Europa para una de las especies presentes en España: la lagartija turbera.
Según explicó Clobert, la extinción masiva de lagartos en Europa se producirá en el Sur del continente por el aumento de las temperaturas, reduciendo tanto su actividad vital como la humedad del hábitat.