¿Qué tienen en común arquitectos, urbanistas, abogados, economistas, geógrafos, biólogos, un fiscal, un promotor de la construcción, un profesor de Historia Antigua de la Universidade de Santiago? La respuesta es el Observatorio Galego do Territorio, un grupo de investigación interdisciplinar que aspira a convertirse en una institución "no adscrita a ningún partido político" con "autoridad" y "poder moral" para ofrecer soluciones a los "males" que aquejan al territorio, "bastante destruido ya".
El objetivo de este grupo de una treintena de expertos, liderado por Gerardo Pereira Menaut, profesor de Historia Antigua de la USC, es "estudiar" qué ocurre en Galicia con el paisaje y, a partir de ese diagnóstico, ofrecer posibles soluciones mediante "opiniones razonadas", de modo similar a lo que ocurre en otros países de la Unión Europea, como Alemania.
Por eso, estudiarán con detenimiento la reformada Lei do Solo para dar a conocer su punto de vista, aunque ya adelanta su portavoz que "vista por encima" no es precisamente para cuidar mucho el territorio". Para Pereira Menaut, no se debe construir una piscifactoría en Touriñán, un entorno "de los más salvajes y puros que tenemos". "No se puede destruir", dictamina. Asimismo, considera que no se debería "volver atrás" en la protección de los 500 metros para el litoral.
El grupo surge en un momento clave, pues el debate sobre la ordenación del territorio está en la calle y también forma parte de la agenda política. La ciudadanía empieza a sensibilizarse con la protección del paisaje y a buscar la belleza en el entorno que le rodea. Además, las órdenes de derribo de urbanizaciones, casas y naves industriales copan la actualidad mediática, y el Gobierno de Feijóo quiere sentar las bases de la política territorial y urbanística de Galicia en esta legislatura, una asignatura pendiente de la comunidad.
Las Directrices de Ordenación del Territorio y el Plan del Litoral están en elaboración y la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras, tras una reforma puntual de la Ley del Suelo, ya impulsa una nueva norma que además quiere pactar con la oposición, igual que las directrices y el plan de la costa.
El coordinador del Observatorio Galego do Territorio advierte de que el territorio "no puede ser objeto de transacción entre los partidos", sino que "tiene que estar por encima de todo eso". "Es algo demasiado serio para dejarlo en manos de los políticos", sentencia, y argumenta al respecto que "cada gobierno hace una ley nueva".
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