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La Voz de Galicia

GALICIA


PP y PSdeG pactan la Lei do Solo pese a diferir sobre el blindaje de Touriñán


18/03/2010 | Serafín Lorenzo


Discrepan sobre si la alusión a la directiva comunitaria impide o no la acuicultura en espacios de la Red Natura


Vista general del cabo Touriñán, en Muxía,
donde estaba previsto instalar una planta acuícola

La nueva reforma de la Lei do Solo propiciará finalmente el primer acuerdo de la legislatura entre las dos fuerzas políticas mayoritarias, que la semana que viene votarán a favor de la revisión. Los contactos mantenidos en los últimos días entre el Gobierno de Feijoo y el Grupo Socialista permitieron salvar en la mañana de ayer, coincidiendo con el debate de política autonómica, un pacto que PP y PSdeG habían impulsado y que estuvieron a punto de frustrar por las diferencias sobre la protección de los espacios de la Red Natura, que los socialistas simbolizaron en la defensa de cabo Touriñán.

El punto de encuentro llegó con la aceptación por el PP de una redacción del artículo 39 que supedita cualquier uso en esas zonas a la directiva comunitaria Hábitats. En concreto, se añade al informe de la ponencia sobre el que se abstuvieron los socialistas que «en todo caso, nos espazos que forman parte da Rede Natura 2000, non se poderán autorizar estes usos [acuícolas] cando trala súa avaliación ambiental se constate que se afecta de maneira apreciable a hábitats ou especies prioritarios e/ou comunitarios catalogados conforme a directiva Hábitats (directiva 92/43/CEE)».

Pero ese acuerdo no impide que los dos grupos realicen lecturas dispares sobre su alcance, en función de sus discursos políticos. Lo que la socialista Mar Barcón interpreta como un blindaje, porque «ningún espazo da Rede Natura será ocupado por unha instalación de acuicultura», es considerado por el popular Román Rodríguez como el refrendo de que en esas mismas zonas «poderánse instalar usos acuícolas, aínda que coas máximas garantías». La Consellería de Medio Ambiente consideró el acuerdo como el primer paso «en firme» de cara al pacto por el territorio.

El BNG, por contra, se erigió en «voz crítica» y rechazará la reforma. Teresa Táboas, sorprendida por el viraje del PSdeG respecto a la política del bipartito, opina que la nueva redacción en modo alguno blinda la costa a la acuicultura. Táboas lamentó que «se deixa a mensaxe de que se pode facer o que sexa, porque nalgún momento chegará unha amnistía».



La reforma permitirá construir entre casas dispersas, y legalizará viviendas sin licencia y 1.200 naves

Aunque los socialistas han convertido la protección de los espacios naturales en la clave mediática de su discurso sobre la quinta reforma de la Lei do Solo, con Touriñán como bandera, ese aspecto no figura entre las novedades de mayor calado de un texto que da más autonomía a los alcaldes con el argumento de agilizar el planeamiento.

Compactar la dispersión

La reforma autoriza la construcción entre viviendas dispersas en los núcleos rurales. Para ello, cambia el criterio de distancia del núcleo por el de densidad edificatoria.

Instalaciones industriales

La revisión permitirá regularizar 1.200 naves asentadas en suelo rústico. A cambio, sus propietarios tendrán que urbanizar la zona y dotarla de servicios y equipamientos. El proceso deberá realizarse antes de dos años.

Casas anteriores a la ley

El texto abre una vía para legalizar viviendas construidas sin licencia antes del 2003. Sus dueños dispondrán de un plazo de tres años y deberán pagar una tasa. Podrán realizar obras de mantenimiento, pero no de ampliación.

Aldeas en zonas naturales

Con la nueva ley también será posible realizar obras en un centenar de aldeas situadas en espacios naturales protegidos. Urbanismo asegura que esas actuaciones serán excepcionales y que, en todo caso, precisarán de un acuerdo de Medio Ambiente y del Consello de la Xunta.



El apoyo a la revisión pactada con los alcaldes divide a los socialistas

El acuerdo con el PP estuvo precedido de un intenso debate en las filas del PSdeG sobre la conveniencia de apoyar una reforma legislativa que, pese a llegar avalada por el municipalismo socialista, encontró fuerte resistencia en los diputados más próximos a Touriño, como Ismael Rego, Pablo López Vidal y la ex conselleira de Política Territorial María José Caride. El propio Touriño advirtió a los suyos la semana pasada, en su despedida de la Cámara, que el pacto por el territorio no debía cerrarse de cualquier manera. Esa contestación interna llevó al PSdeG a apurar su visto bueno a una reforma que, con el impulso de sus alcaldes, había pactado inicialmente con el Gobierno de Feijoo como punto de partida a un consenso más amplio sobre el territorio.

En esa vocación de cerrar un acuerdo sobre el territorio ha desempeñado un papel fundamental el presidente de la Fegamp y alcalde socialista de Ames, Carlos Fernández.



Ti vai facendo...

Uno de los argumentos que esconde la desfeita urbanística y territorial de Galicia se resume en este dicho: «Ti vai facendo». Unas veces era el consejo de un vecino a quien la propia experiencia le había hecho maestro de principiantes; otras, la permisiva sentencia de un político local que el vecino interpretaba como una autorización implícita de quien detentaba la autoridad; otras, en fin, no pasaba de ser una máxima inscrita en la filosofía del propio individuo y que aplicaba a otras muchas actividades. Así se fue fraguando ese feísmo que es expresión del desorden territorial, de un pésimo urbanismo y de una construcción que difícilmente justifica la firma de un arquitecto. Por eso, la ley de protección del litoral, la suspensión de licencias y la ley del suelo que ahora se modifica tenían un encomiable valor.

ignificaban el contrapunto a esa manera nociva y maliciosa de hacer o, mejor, de deshacer, aunque tuviera disposiciones poco realistas que eran las que ahora tocaría revisar. Lo que no debe suceder es que esa modificación de la ley, tan remendada como un trapo viejo, permita percibir que detrás hay un cambio de filosofía, que volvemos al «ti vai facendo», que el que no cumplió la ley anterior acertó, porque al final logró lo que quería y a menor coste. «Ti vai facendo porque xa virá outro que o autorice. E cousa de seguir adiante e ter paciencia». Si ese fuera el efecto de la ley, no cabe duda que estaríamos ante una ley pésima, porque la legislación no está solo para permitir o prohibir, sino también para enseñar.

La fuerza ejemplificadora y moralizante de la ley es tan importante como la letra, de ahí la gravedad de la cuestión. Por eso la protección del territorio y del paisaje se ha convertido en todo un símbolo ético. No se trata de impedir nuevas actividades económicas, pero tampoco se trata de ponerlas en cualquier sitio, porque siempre hay maneras de compatibilizar intereses. Debemos impedir que la destrucción siga adelante, y para ello el espíritu de la ley y el cumplimiento de la letra de la ley son importantísimos. Ante todo, el texto no debe dejar huecos para el «ti vai facendo» o el «si crea empleo vale todo». Sabemos que no es así, que no debe ser así.




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