Desde hace ocho días las aguas residuales de la ciudad son vertidas al cauce del Lagares antes de su desembocadura debido a la avería del emisario que habitualmente las traslada al centro de la ría. Lo que en principio parecía un problema menor se ha complicado, aunque el optimismo reinaba ayer en el Concello vigués. De hecho, el viernes de la semana pasada la concejala de Medio Ambiente daba el problema por solucionado, pero horas después se confirmaba que la reparación no había tenido éxito.
La avería en el emisario provocó una fisura de 40 centímetros en la tubería, pero no interrumpió el funcionamiento de la planta. Eso sí, dejó fuera de servicio el traslado de las aguas depuradas a la ría. Los operarios necesitan trabajar con la canalización sin agua por lo que tuvieron que improvisar una especie de puente a fin de alcanzar el emisario, aunque con un sistema que permitiera al Lagares llegar al mar. La reparación inicial consistió en rodear la zona de la fisura con una plancha de acero y recubirla posteriormente con hormigón. Sin embargo, al realizar las pruebas de carga no soportó la presión y volvió a perder agua. Por ello fue preciso retirar la plancha y colocar otra de aluminio forrada de goma por su interior y sujeta con fuertes abrazaderas. Una vez instalada se recubrió igualmente con hormigón.
Fuentes municipales confirmaron ayer que hoy será el día clave para saber si la fisura está reparada. En las últimas horas se han realizado pruebas de carga, y las previsiones son optimistas.
Estas mismas fuentes restaron importancia al hecho de que durante una semana se haya vertido en el cauce del Lagares «un agua que ya ha sido tratada». «Es un agua depurada pese a que ofrece un color marrón, pero no supone ningún problema». El motivo por el que se utiliza un emisario hasta un kilómetro dentro de la ría «es que si se vertiera habitualmente en el Lagares el río tendría mayor caudal y anegaría la junquera, pero no es por otra causa», concluyó este portavoz.
Los afectados por la depuradora, que rechazan la instalación y la prevista macroplanta, discrepan frontalmente de la versión municipal. «Sospechamos que puede haber más fisuras, pero no se detectan si se encuentran en la parte del emisario que atraviesa la ría, y nadie nos garantiza que no sea así», aseguró José Antonio Fernández, presidente del colectivo.
También descartan que el agua marrón que se está vertiendo estos días al Lagares esté depurada. «La planta solo depura a medias, una depuración primaria y poco más. De hecho, es frecuente observar agua del mismo color marrón en la desembocadura del Lagares. Por tanto, el problema no es solo puntual», mantiene el presidente de los afectados por la planta.
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