La población crece, el saneamiento, no. La burocracia choca en la ría de Pontevedra con la defensa del medio ambiente. Aunque la población ribereña supera los 150.000 habitantes y la estación depuradora de Os Praceres -donde vierten Poio, Pontevedra, Marín y Bueu- tiene, sobre el papel, capacidad para tratar las aguas que sus habitantes generan, ni todas las aguas acaban allí, ni el tratamiento es completo. Así las cosas, el crecimiento urbanístico continúa a orillas de la ría de Pontevedra.
Augas de Galicia se gastó 36.000 euros en anteproyectos para la construcción de una estación depuradora en el límite entre Sanxenxo y Poio sin que los municipios se hayan puesto de acuerdo sobre dónde ubicarla. Entretanto, ambos municipios han sido sancionados por sus vertidos. Pero mientras los cimientos, las conexiones, los bombeos e incluso las dimensiones de la futura depuradora son solo líneas sobre un papel, en el enclave donde se proyectaba la estación, hace meses que las máquinas remueven tierras, construyen viales y ponen la cimentación de lo que es ya una incipiente urbanización de 964 chalés con vistas privilegiadas a la ría. La pregunta es si las llaves se entregarán a los propietarios de una viviendas con unas privilegiadas vistas a la ría antes de que existan infraestructuras para tratar las aguas que evacuarán por sus cisternas.
Separación de redes
Es solo un ejemplo de cómo se han planificado las cosas. En Pontevedra, donde se ha hecho una inversión notable en el saneamiento, con la separación de una red que tendía a conectar tuberías de pluviales con las de fecales, no todo está hecho. Unos 12.000 vecinos del medio rural, sobre una población de 80.000, continúan sin ningún tipo de tratamiento para sus aguas. Sencillamente no están enganchados a la red. El Ayuntamiento de Pontevedra propondrá una inversión a la Xunta solo para el 2010 de diez millones de euros para paliar la situación. El año pasado se consignaron 5,7 millones.
La inversión parece estar surtiendo efecto. La Consellería de Medio Ambiente ha encontrado 14 puntos de vertidos, mientras que en el vecino municipio de Poio hay 109. Pero en los números bajos de la capital de la provincia no son todo triunfos. Del plan de actuación reclamado por Augas de Galicia sobre los cuatro focos contaminantes de competencia municipal nada se sabe. Pontevedra concentra sus emisiones al río Lérez, que alimenta el gran saco de cuatro billones de litros de agua que es la ría de Pontevedra. Esos 145 kilómetros cuadrados sobre los que se extiende hacen de la pontevedresa la tercera de las rías gallegas en extensión. Aunque en los últimos años haya mermado por su orilla sur.
Rellenos portuarios
Los rellenos portuarios de la dársena de Marín alimentan el pulmón económico de la comarca que es el puerto, pero se ven con recelo desde el sector extractivo. Los mariscadores, unos ochocientos en las tres cofradías de la ría, responsabilizan al puerto no solo de la alteración de las corrientes que inciden en los sedimentos y la oxigenación de los bancos marisqueros, sino también de buena parte de los vertidos industriales. De hecho, de los seis vertidos contaminantes constatados por Augas de Galicia en Marín, cuatro corresponden a terrenos competencia de la Autoridad Portuaria.
En las inmediaciones del puerto está precisamente la macrodepuradora de Os Praceres, donde a las aguas fecales y residuales se suman también las industriales, como las del complejo pastero de la fábrica de celulosas de Ence.