La mayoría de los 2.000 focos contaminantes tienen su origen en el deficiente estado de la red de saneamiento de los concellos
Pese a ser una inestimable fuente de riqueza, las rías gallegas llevan años siendo maltratadas. Los técnicos de Augas de Galicia han detectado en los últimos meses casi 2.000 puntos de vertido, de los cuales 399 se consideran graves por la cantidad de emisiones contaminantes, principalmente fecales, que generan. El organismo que administra los recursos hidráulicos competencia de la Xunta ha elaborado un exhaustivo informe a partir del trabajo de campo de sus técnicos en el que se detallan de forma individualizada las características de cada vertido.
Paradójicamente, la mayoría de estos focos tienen su origen en el deficiente estado de las redes de saneamiento de los ayuntamientos, que son incapaces de tratar todo el caudal contaminante que se genera, desviando así a las rías aguas fecales y otras sustancias sin que hayan pasado por el tamiz de la desinfección. Los deslices provocados por industrias también aparecen en el estudio de Augas, aunque su número es muy reducido en comparación con los derivados de las propias redes de saneamiento.
Los datos del informe son elocuentes: de las 19 rías gallegas, solo hay cinco (Ribadeo, Foz, Cedeira, Corme-Laxe y Lires) con menos de diez puntos de vertido. Pero es que en rías como la de Arousa, calificada en numerosas ocasiones por los expertos como la despensa marina de Europa, la cifra de puntos contaminantes se eleva por encima del medio millar, de los que más de cien son de los considerados graves. Rías como la de Vigo (271 vertidos localizados), Pontevedra (264), A Coruña (157), Ferrol (154) o Muros-Noia (143) soportan igualmente un inventario de áreas contaminadas (ver gráfico adjunto) que revelan con claridad la gravedad de la situación.
Desde la Consellería de Medio Ambiente reconocen que la coyuntura es crítica hasta el extremo de que ha cambiado su planificación inversora para atajar un problema que lleva más de una década encima de la mesa de los sucesivos Gobiernos de la Xunta. Hasta la fecha, el saneamiento de las rías y ríos gallegos se había confiado casi de forma exclusiva a las depuradoras, pero estas plantas han resultado ineficaces en ocasiones para tratar todo el caudal contaminante, la mayoría de las veces porque se han visto desbordadas, y en otras ocasiones por fallos en la gestión y mantenimiento de las instalaciones.
¿Pero por qué se saturan las depuradoras? Casi siempre por la gran cantidad de pluviales (lluvias) que reciben, y que arrastran la contaminación que se acumula en las calles. La idea de Augas de Galicia es atajar este problema desde su origen. El nuevo modelo de inversiones, que se aplicará de forma progresiva en toda Galicia, prevé complementar el trabajo de la depuradora con otras actuaciones en la red de saneamiento: construcción de tanques de tormenta (depósitos que acumularían el agua de lluvia), zanjas filtrantes, evitar impermeabilizar las zonas nuevas que se urbanicen para que los terrenos absorban aguas...
La presidenta de Augas de Galicia, Ethel Vázquez, explica que este modelo supone un cambio radical en lo que se ha hecho en materia de saneamiento en la comunidad desde 1996. Vázquez precisa que, paralelamente, su departamento diseñará planes ría por ría para diseñar las actuaciones necesarias. A su juicio, este ha sido uno de los obstáculos que han impedido avanzar en el camino de la limpieza de las rías. «Los planes anteriores eran a demasiada gran escala, muchos eran ambiciosos, pero inviables financieramente. Nuestro plan compagina las inversiones con la disponibilidad presupuestaria», concluye.
Al margen del rediseño de sus planes de inversión, Augas de Galicia se ha dotado de dos herramientas que serán clave en el futuro para administrar los recursos hidráulicos de Galicia: el plan de control de vertidos y la nueva Lei de Augas, actualmente en fase de tramitación. El primero es un plan por valor de seis millones lanzado en agosto y que, básicamente, lo que implicará será la creación de un equipo de técnicos que se encargarán de colaborar con los concellos para erradicar los puntos de vertido. El papel de este cuerpo será vital para evitar situaciones como las de O Grove o Poio, que acumulan (ver tabla superior) el doble de focos contaminantes que A Coruña.
La ley, por su parte, está llamada a facilitar la adaptación a la Directiva Marco del Agua e introducirá elementos legales enfocados a ordenar el uso de los recursos hidráulicos.
Ethel Vázquez tiene un plan. Y se aferra a él para sanear las rías. Solo pide tiempo para ejecutarlo e ir cumpliendo objetivos.
-En los últimos diez años los sucesivos Gobiernos de la Xunta han aprobado planes para sanear las rías, pero los resultados han sido más que cuestionables. ¿Qué ha fallado?
-Los planes anteriores eran a demasiada gran escala, y cuando haces un plan hay que compaginar todas las inversiones con las disponibilidades presupuestarias. Si tienes un plan muy ambicioso, pero que financieramente no es viable, es imposible llevarlo a cabo. En nuestro caso, el plan de infraestructuras que presentamos el pasado 1 de agosto compagina las necesidades de infraestructuras con las posibilidades de financiación y de conseguir objetivos. La situación en la que estamos es problemática: hay muchos puntos de vertido, depuradoras que están funcionando mal, mortandad de peces en los ríos casi todas las semanas... Estamos trabajando para provocar un punto de inflexión, hemos cambiado la estrategia y de hecho estamos elaborando planes [de actuación] a la escala apropiada, a nivel cuenca o a nivel ría. No podemos hacer un plan a nivel de Galicia y decir que vamos a sanearla en cuatro años.
-¿Es inviable ese objetivo?
-Sí. Hay que compaginar las inversiones con la financiación. El plan de infraestructuras plantea obras que van a salir en los planes de las rías gallegas, como el de Arousa que licitamos el 19 de agosto, o el de O Burgo, en el que estamos trabajando, y vamos a ir ría por ría. A las depuradoras están llegando demasiadas aguas pluviales, y aunque le pongamos un sistema de desinfección a la planta, no va a ser capaz de tratar ese volumen. De los 7.000 puntos de vertido que hay en la cuenca Galicia Costa (de ámbito autonómico), más de 4.000 son de origen pluvial. Y en Galicia llueve mucho y a veces de forma torrencial. Lo que hay que conseguir es controlar las primeras aguas de lluvia, que son las que lavan las calles y realmente contaminan. La idea es utilizar técnicas de drenaje sostenible: construir tanques de tormenta, zanjas filtrantes, evitar impermeabilizar las zonas nuevas que se urbanicen porque al final los terrenos también son un mecanismo para absorber las aguas. Cuanto más impermeabilicemos, más agua va a ir a nuestro colector y más lo va a saturar. Los planes de las rías que estamos elaborando caminan en ese sentido, lo que supone un cambio de estrategia total.
-Más de un decenio de trabajos de saneamiento y resultados poco alentadores. ¿Es más rentable políticamente invertir en asfalto que en sanear rías?
-Lo que es una realidad es que son infraestructuras que no se ven y no se perciben.
-Explica eso el atraso de Galicia en este campo.
-Creo que a lo mejor lo que ha pasado de muchos años hasta ahora es que hubo una falta de planificación. Se hicieron obras, y hay inversiones muy importantes desde el año 96, pero lo que es preciso hacer es invertir y no gastar, y no quiero que se me malinterprete. Lo importante para invertir y hacerlo bien es contar con una buena planificación, que es lo que estamos haciendo ahora.
-¿No resulta paradójico que una potencia marisquera y pesquera como Galicia maltrate sus rías?
-Estamos ante una situación en materia de saneamiento que es preocupante, hay muchas necesidades, pero hay que decir que también influye todo el agua de lluvia que llega a la red de saneamiento, por eso hay que actuar en ese sentido.
-Pero el fenómeno de la lluvia no es precisamente reciente en Galicia.
-No, eso es evidente, pero las técnicas de drenaje sostenible y de control con tanques de tormenta no son de hace tanto tiempo.
-¿De cuándo son?
-Los primeros se pusieron en Vigo en el 2001 o 2002.
-Bueno, son siete años. ¿En este tiempo no se pudo hacer algo más para mejorar el saneamiento de las rías?
-Es que había varias alternativas y no se aferraron a ninguna, al final así no resuelves. Nosotros hemos optado por una alternativa y esperamos no equivocarnos.
-¿Hay experiencias con este sistema en otros países?
-En Alemania hace tiempo que lo han implantado, y los técnicos sabemos que funciona bien.
-Varios de los vertidos de este verano fueron provocados por averías en las depuradoras. ¿Qué está fallando en esas instalaciones?
-Creo que lo que falla es el mantenimiento y la explotación. La gestión diaria adecuada de todas las plantas. Los ayuntamientos tienen los recursos que tienen, cada concello es un mundo y tiene un sistema de gestión en el que no podemos entrar. Lo que falta es atención y mantenimiento.
-Unos 1.500 puntos de los que consideran graves son de gestión municipal, depuradoras que no funcionan por mala gestión... ¿Está la pelota en el tejado de los ayuntamientos?
-Sí, pero para resolver ese problema desde Augas tenemos que tomar cartas en el asunto. Vamos a colaborar y responsabilizarnos mucho de ese tema que ahora es de competencia municipal.
«El saneamiento -aseguran los técnicos- es una carrera de largo recorrido». Y tanto que sí. Galicia hace ya tiempo que debería haber completado la limpieza de las rías, que deberían lucir esplendorosas. Pero no es así, ni mucho menos. Los casi 2.000 puntos de vertido detectados por Augas de Galicia dan cuenta de un fenómeno que Xunta y ayuntamientos no han conseguido detener pese a que en los últimos catorce años han comprometido un buen número de planes y proyectos de inversión que, a la hora de la verdad, han tenido unos efectos más que cuestionables.
La Consellería de Medio Ambiente mantiene una gran cautela a la hora de hablar de plazos y se da hasta el 2015 para completar el saneamiento integral de las rías, algo obligatorio, en todo caso, pues es la estación término que plantea la Directiva Marco de Aguas de la UE.
El nuevo plazo propuesto por la Xunta alarga un proceso que se ha dilatado más de la cuenta. Dos ejemplos, los de las rías de O Burgo y Vigo, ilustran a las claras esta realidad. El 27 de enero del año 2000, Xosé Cuíña, entonces conselleiro de Obras Públicas, y los alcaldes de A Coruña, Arteixo, Cambre, Culleredo, Oleiros y Abegondo firmaron un plan de actuación para sanear la ría coruñesa. La inversión, de 13.000 millones de pesetas, permitiría disponer de un espacio completamente inmaculado en el 2006.
Lejos de ser así, O Burgo ha sido una fuente constante de problemas en los últimos años, tanto por los problemas en la red de saneamiento municipal como por los vertidos generados por varias industrias de la zona. Augas de Galicia aprobó esta semana un nuevo plan para sanear esta ría que requerirá de cuatro o cinco años a partir de ahora para culminar el ansiado objetivo, de modo que este se retrasará al menos siete años sobre el plazo original.
Multa por contaminar
El caso de Vigo es igualmente llamativo. La Comisión Europea amenazó hace casi cuatro años a España con una multa millonaria por los problemas de contaminación en zonas de marisqueo y la incapacidad de la depuradora viguesa de tratarlos (algo que perdura aún hoy en día, toda vez que la planta vierte directamente al mar). El ex conselleiro Manuel Vázquez viajó a Bruselas este mismo año y pactó con las autoridades comunitarias la retirada de la multa a cambio de que la nueva depuradora de Vigo estuviese operativa en el 2011.
Sin embargo, todo indica que de nuevo las intenciones políticas van a chocar con la cruda realidad. El proyecto está en estos momentos en un impasse a la espera de que Xunta y Gobierno central cierren la negociación de la financiación. En el supuesto de que ambas Administraciones llegasen a una entente y las obras se pudiesen licitar a finales de este año, algo muy complejo a día de hoy habida cuenta de las dificultades presupuestarias, la planta no podría estar en funcionamiento antes del 2014, esto es, tres años después de lo comprometido en Bruselas.
Medio Ambiente asegura que de esta irá la definitiva y que sus planes permitirán cumplir los objetivos. Pero la pelota no está solo en su tejado. El grueso de la contaminación a las rías tiene su origen en las redes de saneamiento locales, que son de gestión municipal, por lo que el papel de los ayuntamientos en esta lucha será clave. De su colaboración, admiten en la consellería, dependerá llegar a buen puerto.
Uxío Labarta
Todo problema que no se resuelve, se agudiza. Y en ello incide el informe de Augas de Galicia, que no por dramático deja de ser reiterativo. Que los gobernantes del gobierno, de los concellos, de las asociaciones civiles, del no se vende Galicia, y de cada casa, olviden lo que es una de las más persistentes lacras que padecen nuestras rías y ríos -la contaminación urbana- ni la resuelve ni la hace desaparecer.
Incluso cuando discursos o proclamas puntuales confirman los malos diagnósticos sobre la salubridad de nuestras rías, nada nos garantiza que pondrán los medios para darles solución. Pues si las cosas han sucedido como han sucedido se debe a los políticos y a las Administraciones que nos han gobernado, a los profesionales y empresas que han diseñado y construido las depuradoras cuando existen, pero también a los ciudadanos y movimientos sociales, que aún preocupados por rellenos, plantas de cultivo de peces, muelles y pantalanes, o instalaciones industriales, poca o nula reivindicación y sensibilidad han mostrado por el grave problema de los vertidos en nuestras rías.
La situación descrita en el informe no es sino la constatación de que los peores presagios se confirman. Teníamos en el 2005 la fecha límite de cumplimiento de la normativa europea de calidad de las aguas. Nadie hizo lo posible por lograrlo en esa fecha, y tampoco cuatro años después. Vigo, O Burgo, Ferrol, Ribeira, Pontevedra o Arousa y un largo etcétera son testimonio de la dejadez y la incapacidad de un país y su Gobierno para minimizar las alteraciones que sus habitantes dejan en la naturaleza. Ante tal dejadez, sin un urgente tratamiento de las aguas residuales no hay fuerza de la naturaleza ni dios protector de los mares que los salven, con o sin capital privado. ¿Y el Gobierno de Galicia?
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Un informe de Augas de Galicia incluye como una zona en la que se producen emisiones la playa boirense de Mañóns. En el documento figura marcado con una estrella roja, lo que significa que los técnicos consideran que atajar este problema es un asunto prioritario. Esto se debe a la existencia de una tubería que funciona como aliviadero y por la que salen aguas pluviales, que arrastran a su paso diferentes elementos que pueden ser contaminantes.Fotografía: Manuel Soto |
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A la playa fisterrana de Sardiñeiro llegan todos los días la mayor parte de las aguas residuales que genera el segundo núcleo urbano del municipio.Fotografía: XESUS BUA |
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Los frecuentes vertidos en el muelle de Vilaxoán han llevado al Concello de Vilagarcía a colocar cámaras en el alcantarillado para localizar a los infractores.Fotografía: MONICA IRAGO |
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La ría de O Burgo lleva años pendiente de un plan de regeneración efectivo que dé servicio a los concellos de A Coruña, Culleredo, Cambre y Oleiros.Fotografía: DIEGO VILLAR
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Las ensenadas de A Gándara (en la foto de la izquierda), A Malata y Caranza son los puntos de la ría de Ferrol más afectados por la contaminación. El vertido diario de miles de toneladas de residuos generados por las industrias y los 100.000 vecinos de Ferrol, Narón, Fene, Neda, Mugardos y Ares han convertido en un lodazal casi irrecuperable (con lodos tóxicos) esas tres zonas de la ría.Fotografía: José Pardo |
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La playa de Patos, en el municipio de Nigrán, tiene bandera azul, pero también figura en el mapa de puntos negros por un vertido justo debajo del puente de madera que sirve de acceso al arenal, al lado del puesto de socorristas.Fotografía: GUSTAVO RIVAS |
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