Más de mil personas, entre marineros de distintos puertos de la ría, ecologistas y vecinos en general asistieron ayer a la manifestación convocada por la cofradía de Cangas y el colectivo Galiza non se vende contra el puerto deportivo de Massó. La marcha partió de la Alameda Vella canguesa tras una intervención de representantes del Foro Social para explicar los motivos de la protesta, los argumentos de tipo ambiental, legal, económico y social que, a su juicio, debían llevar a la alcaldesa de Cangas a paralizar las obras.

Sobre las ocho y media se puso al fin en marcha la manifestación, coreando una de las consignas más socorridas: «Goberne quen goberne, Cangas non se vende». Le siguieron otras, como «Clara Millán, dimisión» o «Héctor Otero, dimisión», referidas a la alcaldesa y al edil socialista. Tres concejales de ACE, socios de los dos citados, iban en medio de la marcha, a la que también se sumó la concejala no adscrita Begoña Santaclara. No estaba ningún representante del PP, del BNG y del PSOE.

Estaba previsto caminar hasta Massó, pero finalmente, tras recorrer Concepción Arenal y la avenida de Bueu, la manifestación se desvió por la calle Alexandre Cribeiro y la avenida de Vigo para dar vuelta a la rotonda de Pedra Alta y regresar al centro del pueblo. Finalizó en el concello cerca de las diez.

Asistieron delegaciones de diversas cofradías, algunas de ellas encabezadas por el patrón mayor, como la de Redondela, que reclaman poder seguir faenando en Massó.

Marina Atlántica cuenta con autorización de la Autoridad Portuaria de Vigo para construir un puerto deportivo de 420 amarres. La promotora inició las obras el pasado mes de mayo. Inicialmente, su pretensión es restaurar y ensanchar el llamado muelle roto de Massó, de unos 160 metros de longitud y levantar un espaldón de un metro de altura en el tramo sur, el más afectado por el oleaje. El proyecto contempla su prolongación en 144 metros en dirección sur, hasta alcanzar los 312, y otros 287 metros en dirección este, paralela al frente entre la antigua ballenera y la pequeña playa que existe delante de la vieja nave de la anchoa.

El muelle tendrá en total 600 metros de longitud. En tierra, en el frente litoral sobre el que tiene competencias la Autoridad Portuaria, se haría un paseo a lo largo de 1.100 metros, entre el muelle y la empresa Frigoríficos del Morrazo.

La promotora pretende, por otra parte, construir una urbanización de unas 700 viviendas, hoteles y habilitar como centro comercial la antigua factoría de Massó. En el 2004, el Concello, gobernado entonces por el PP, aceptó un convenio urbanístico que posibilitaba este proyecto. La empresa adelantó 1,5 millones de euros por la recalificación prometida que ni les fueron devueltos ni reclamó a pesar de que el Plan Xeral que incluía dicho convenio fue anulado. En nuevo PXOM califica la zona con un plan especial que admite una urbanización más pequeña.