El desarrollo urbanístico que el controvertido Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) de Nigrán prevé afecta incluso a espacios naturales de notable valor paisajístico. Las contradicciones técnicas en este sentido suponen un motivo más para que los grupos de la oposición exijan la retirada del documento y la redacción de uno nuevo. El ejemplo de Monte Lourido parece el más claro. El documento propone la protección del entorno, aunque al mismo tiempo dibuja sobre él un aparthotel.
Según aseguran los socialistas, el equipo redactor plantea la inclusión de Monte Lourido en la Rede Natura 2000. Su proximidad a la marisma de A Foz do Miñor -espacio que ya goza de esa consideración- y sus características de entorno natural y paisajístico lo convierten en zona idónea para la protección. No obstante, el documento incluye un plan especial para dicha zona que recalifica sus terrenos para incrementar la edificabilidad. Las normas subsidiarias en vigor permiten ahora la construcción viviendas unifamiliares en superficies no menores a los mil metros cuadrados. El documento que el alcalde pretendía aprobar incluye un plan especial para la zona que fija una edificabilidad de 0,60 metros cuadrados por metro cuadrado con edificios de bajo y dos plantas en primera línea de playa.
Dicho plan especial establece, asimismo, que la construcción deberá dedicarse a usos terciarios, e incluso menciona la posibilidad de dotar a las habitaciones de cocinas, por lo que se deduce que las edificaciones serán aparthoteles.
Nigrán cuenta con una polémica experiencia en cuanto a los aparthoteles. El ubicado en la playa de Patos dispone de apartamentos que han sido vendidos como pisos corrientes. Asimismo, sobre el previsto en el barrio de Area Alta, en Panxón, pesa un informe técnico externo al concello, encargado por el equipo de gobierno, favorable a la división horizontal del inmueble. Los técnicos municipales desaconsejaban dicha operación, debido al uso hostelero del inmueble.
Entre los puntos conflictivos del plan, se encuentra el campo de golf previsto en la parroquia de Chandebrito, que ocuparía 160.000 metros cuadrados de monte comunal y cubriría decenas de hallazgos arqueológicos. Las negociaciones sobre este asunto con la comunidad de montes de la parroquia y la asociación de vecinos comenzaron a finales de 2004. Después de varias reuniones, no hubo acuerdo. Los afectados se negaron a aceptar la instalación tal y como se les presentaba y realizaron propuestas.
Según aseguran, el plan no tiene en cuenta sus peticiones, lo incluye de nuevo en el planeamiento y prevé incluso una afección de 60.000 metros en el barrio de As Rozadas para desarrollar un vial de comunicación para el campo.
La sociedad mancomunada de la zona acordó en asamblea la semana pasada su rechazo a la instalación y recuerda que la parroquia "sigue sin tener servicios elementales como el saneamiento".
No sólo los vecinos rechazan el campo de golf. El informe de la Xunta sobre el documento afirma que esta instalación "entra en conflicto con el régimen de usos para el suelo rústico de protección del patrimonio cultural" -referido a los yacimientos arqueológicos-. Asimismo, los técnicos de la consellería afirman que el plan carece de un estudio de sostenibilidad ambiental e impacto territorial y paisajístico.
El entorno natural de Monteferro ha sido objeto de conflicto en el municipio durante los últimos meses. Una tala indiscriminada en la finca de O Rapón, calificada como "sitio costero sobresaliente de singular interés forestal y paisajístico" en las normas subsidiarias, hacía saltar la alarma de los vecinos en agosto del año pasado, ya que a la corta de árboles se sumaba un movimiento de tierras y la presentación de un proyecto de un vial de circunvalación por parte de la Diputación de dimensiones "exageradas", según vecinos y la oposición.
Ambas cuestiones supusieron un punto de partida para la creación de la plataforma Salvemos Monteferro, que organizó concentraciones y colgó una página web informativa y de recogida de firmas.
El equipo de gobierno negó en diversas ocasiones la recalificación del suelo en el entorno e incluso manifestó en varias ocasiones que la zona quedaría intacta.
Lo cierto es que el Plan Xeral establece dos áreas diferenciadas en Monteferro. Gran parte del entorno sería suelo de especial protección de espacios naturales, mientras que la franja entre la zona urbana y el bosque sería de especial protección forestal y afectaría a la mencionada finca de O Rapón. Un plan especial de la zona permite la construcción de un hotel de turismo rural en el 10% del terreno -unos 2.500 metros-, un camping o la colocación de casas de madera.
El informe de la Xunta también insta al gobierno municipal a dotar a esta franja de la misma protección que el resto del entorno.
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