Por activa y por pasiva, la empresa que se encarga de vigilar en España que el sistema eléctrico funcione, y funcione bien, avisó de que con tantos megavatios (MW) a repartir en el histórico concurso eólico de la Xunta la repotenciación de las instalaciones que ya funcionan en la comunidad era una prioridad. Cambiar los aerogeneradores en uso por otros mejor adaptados para frenar los huecos de tensión y la construcción de nuevas líneas de evacuación de la energía que se genera. El mismo mensaje que lanza la Consellería de Medio Ambiente, en su caso para evitar la saturación del territorio con tanto parque nuevo. Y aunque la renovación tecnológica da puntos en el reparto, lo cierto es que sólo el 4% de las solicitudes presentadas apuestan por eso o por ampliar recintos operativos actualmente. Apenas unas 40 peticiones entre las 1.000 que presentaron un proyecto en la Consellería de Innovación.
En realidad, son un total de 172 solicitudes para 991 parques, aunque muchos de ellos se concentran enmanos de una misma empresa. Frente a la oferta, de 2.325 MW, una demanda de 30.501,295. De los promotores tradicionales en el territorio gallego, como Endesa, Unión_Fenosa, Eurovento o Gamesa; a sociedades creadas en exclusiva para trabajar en la comunidad, caso de Enervalor Naval -donde se unen un grupo de astilleros con José Francisco González Viñas, de Barreras, al frente-, pasando empresas inscritas en el registro mercantil en los últimos días del plazo abierto para el concurso; o firmas internacionales, como Australian Renovables.
¿Por qué es tan importante la repotenciación? El parque eólico gallego, con alrededor de 120 complejos de aerogeneradores, es uno de los más viejos en España, también porque la comunidad fue pionera en España en la explotación del viento como fuente de energía. La potencia por cada molino es muy baja, con una media de 0,2 MW,cuando en el mercado existen ya motores de hasta 2 MW que son capaces de adaptarse mejor a las recomendaciones de Red Eléctrica de España. Porque un aerogenerador, como un ordenador, si se colapsa hay que reiniciarlo y el proceso crea problemas en la circulación de la electricidad. En la tensión. Si se crean más parques, más líneas eléctricas hay que construir. Y eso lleva tiempo, dinero y el riesgo de que el sistema no logre absorber tanta energía como se produce.
Los efectos al entorno no son tampoco condicionantes menores. La Consellería de Medio Ambiente, que tendrá que dar el sí final a cada uno de los proyectos y a la modificación del Plan Sectorial Eólico de Galicia -que marcará, entre otras cosas, dónde se puede y dónde no ubicar más molinos- remitió al departamento que dirige Fernando Blanco una carta donde le recomienda "primar" la mejora de los actuales parques y "minimizar" la superficie ocupada.
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