Las suspicacias acechan de nuevo la tramitación del Plan Xeral de Ordenación Municipal de Gondomar. El documento para la aprobación inicial que se debatirá en pleno en junio registra cambios sustanciales respecto al presentado hace 17 meses, en noviembre de 2012. Modificaciones encaminadas a desbloquear más de 300 viviendas que se habían excluido de los núcleos rurales. Entre ellas, se encuentran los seis chalés inacabados que el alcalde, Fernando Guitián, construyó a partir de 2006 en Peitieiros y vendió en abril del año pasado, mientras se efectuaba la revisión del proyecto urbanístico y a punto de cumplirse el ecuador de su mandato.
El concejal nacionalista no adscrito Antonio Araúxo denuncia un beneficio claro a los intereses particulares del regidor, al que critica la "inmoralidad" de cerrar negocios inmobiliarios en el municipio que gobierna. Asegura que la urbanización, ejecutada conforme a un Plan de Reforma Interior (PERI), se encontraba en suelo rústico ordinario antes de la actualización del plan, que ahora la coloca en el ámbito urbano del núcleo.
Guitián niega que se haya producido un trato de favor, puesto que los chalés, que promovió como administrador de la sociedad Valsiluan Inversiones, ya no le pertenecen. Él mismo confirma que los vendió a otra empresa hace un año. Desde entonces, "no tengo ninguna finca ni propiedad en Gondomar, salvo la casa en la que vivo", subraya. El alcalde apunta incluso a pruebas del cambio de titularidad de la urbanización, llamada Solmiñor. Según explica, el expediente municipal recoge la documentación, ya que el Concello ha percibido las plusvalías generadas por la operación de compra-venta.
El negocio no exime de responsabilidad a Guitián, a juicio de Araúxo. El nacionalista considera precisamente que "el hecho de ser alcalde-promotor ofrecía garantías a cualquier comprador de que la situación urbanística de las viviendas iba a mejorar". Por eso define la incorporación de los chalés construidos por Guitián al núcleo rural como una "maniobra clarificadora". "El PP gobierna sin rubor para resolver sus asuntos particulares: tener buenas dedicaciones exclusivas, repartir contratos entre los amigos del partido, como el de parques y jardines, o resolver sus chanchullos urbanísticos", sentencia.
La urbanización sin terminar carece de licencia de ocupación porque los propietarios todavía no la han solicitado, según indica el alcalde. Lleva años abandonada y la maleza se apodera de su entorno.
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