Rexiu, Albardaira, Vilamor... Son nombres de algunas de las fervenzas que se pueden ver en la Serra do Courel en cualquier época del año. En estos momentos están como nunca, engordadas por meses de lluvia prácticamente constante. Pero este lluvioso invierno ha llenado de cascadas las montañas del municipio que presume de tener en el Campo do Seixo las más alta de Galicia. No hace falta ni bajarse del coche, saltan a la vista -y algunas también al asfalto- en cualquier carretera, incluida la que atraviesa de norte a sur el municipio de Folgoso do Courel.
En algunos casos, se trata de pequeños cauces de agua que corren todo el año o que se secan solo en las semanas centrales del verano. Pero otras muchas son torrentes nuevos creados porque el agua que baja de las montañas no cabe en los cauces ya hechos. Es el caso de las cuatro cataratas que caen estos días entre las albarizas de la zona que los vecinos llaman Sudrios. Se ven perfectamente desde la carretera Seoane-Folgoso, a cientos de metros de distancia y en las inmediaciones de esta última localidad.
Más del doble de lluvia
La multiplicación del número de cataratas que bajan el agua de las montañas de O Courel son la consecuencia de un invierno especialmente lluvioso. De acuerdo con los datos recogidos por la estación de Meteogalicia en Folgoso, solo en los dos primeros meses del 2014 cayó más del doble de agua que en el mismo período del 2013. En concreto, fueron 592 litros por metro cuadrados, frente a los 252 litros de enero del año pasado.
Que el espectáculo se mantenga dependerá de lo que llueva en el último tramo del invierno. Los cuatro primeros días de marzo han sido igual de húmedos que enero y febrero. En las primeras cuatro jornadas de este mes se recogieron 92 litros por metro cuadrado, un 39% de lo que cayó en todo marzo del año pasado.
Dos desprendimientos ayer
No hay noticia de que tanta agua está provocando problemas serios en la red de carreteras de O Courel. El último incidente grave por exceso de agua ocurrió en enero del 2013, cuando un desprendimiento de tierra provocado por un torrente crecido por las lluvias ocupó dos carreteras, una de ellas de la Folgoso a Seoane. Este invierno se han producido muchos pequeños desprendimientos, pero la mayoría de pocas consecuencias.
Ayer mismo, la caída de varias rocas cortó un carril de la carretera que sube de Quiroga a O Courel. Ocurrió cerca del Alto do Boi, en el límite entre los dos municipios. Un desprendimiento similar cortó también un carril en la N-120 cerca de A Labrada (A Pobra do Brollón)
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