La Navidad regaló al puerto exterior de A Coruña un nuevo récord de oleaje. Casi 14 metros de altura alcanzó el mar frente a la gigantesca dársena de Langosteira durante el temporal que azotó las costas gallegas la pasada Nochebuena. En ninguna otra zona marítima de Galicia las olas ganaron un tamaño semejante al registrado a escasos metros de la entrada a la terminal herculina, que lleva absorbidos casi 1.000 millones de euros. Ni siquiera a 15 kilómetros de cabo Silleiro (Baiona), donde se ubica la boya oceanográfica de Puertos del Estado, en pleno mar abierto, el vendaval generó olas tan grandes, situándose la mayor en poco más de seis metros. Con estas condiciones meteorológicas sería una temeridad que un capitán se atreviese a atracar en Langosteira por el riesgo para la integridad de su buque y la vida de su tripulación.
Cada vez que la fuerza de la naturaleza deja en evidencia la ubicación elegida para este puerto exterior, su Autoridad Portuaria echa mano de un ya polémico estudio técnico, aquel que resta importancia a la influencia del bravo mar en la operatividad de Langosteira, reduciendo a unos cuantos días al año los que estaría cerrado a causa del mal tiempo. Pues el pasado día 25 sería una de esas jornadas en las que este megapuerto, si tuviese algún tráfico previsto, acabaría perdiéndolo. A las 4.00 horas, la nueva boya oceanográfica instalada por Puertos del Estado a menos de un kilómetro de distancia del morro de su dique exterior, midió una altura máxima de ola de 13,55 metros. Y no hace ni dos meses que este mismo medidor volvió a registrar con el primer temporal del otoño otro récord: olas de 10,27.
Estos últimos datos oceanográficos suponen un auténtico mazazo a la campaña de comercialización de la explanada portuaria coruñesa promovida bajo el lema "Langosteira, un puerto seguro". Tal vez por esta razón, la web de la Autoridad Portuaria, que cada día informa de todos los parámetros obtenidos por el dispositivo de Puertos del Estado, omitió precisamente ayer los correspondientes a la altura máxima del oleaje del día 25.
Y es que en tamaño de olas, Langosteira no tiene rival. Las otras tres boyas gallegas de Puertos del Estado -Vilano-Sisargas (A Coruña), Estaca de Bares (Lugo) y Silleiro (Baiona)- midieron valores muy por debajo de los registrados por el dispositivo situado frente al puerto exterior coruñés. El de Silleiro, por ejemplo, midió a la misma hora y día del récord herculino 6,23 metros de "altura significante de ola", un parámetro calculado en función de la altura media del oleaje durante un determinado periodo de tiempo. La de Sisargas, al igual que la bautizada con el nombre del cabo baionés, apartada a mucha distancia de la costa de Malpica, midió olas de 8,09 metros; y la de Estaca de Bares, también fondeada en mar abierto, 7,73 metros.
Con todo no fue el mayor oleaje que soporta el puerto exterior herculino. Durante la noche del 9 al 10 de noviembre de 2010, la vieja boya costera de Puertos del Estado -ahora inactiva tras la instalación de otra con información más completa- arrojó los máximos valores medidos hasta ahora frente a la dársena: 18 metros de altura. Tal fue la violencia del temporal que azotó aquella madrugada contra su flamante dique de abrigo que acabó destrozando 200 metros de escollera.