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La Voz de Galicia

GALICIA


Medio Rural tratará la erosión en zonas con más de 50 hectáreas quemadas


01/10/2013 | VIGO
   

La Xunta avanzó que priorizará los lugares donde la pérdida de suelo pueda tener una incidencia más rápida sobre el mar

Las superficies forestales de más de 50 hectáreas que fueron afectadas por incendios serán sometidas a trabajos de protección contra la erosión, según anunció ayer en Oia la conselleira de Medio Rural e do Mar, Rosa Quintana. La Xunta avanzó que priorizará los lugares donde la pérdida de suelo pueda tener una incidencia más rápida sobre el mar, a fin de evitar que el sector marítimo-pesquero se vea también afectado. Desde el 5 de septiembre se puso en marcha un grupo de trabajo contra la erosión que actúa en el monte Pindo, Boiro-Lousame, Porto do Son, Ponte Caldelas y Oia-O Rosal.

Según los datos de la consellería, este verano se produjeron 2.938 fuegos, de los que 46 superaron las 50 hectáreas.

Críticas al Gobierno gallego

Frente al alarde de medios en la lucha contra los incendios hecho desde la Xunta, los agentes de las brigadas de investigación de incendios forestales (BIIF), grupo dependiente de la Consellería do Medio Rural e do Mar, denunciaron ayer que el Gobierno gallego está desviando hacia empresas privadas y otros organismos las pesquisas sobre los fuegos que se registran en la comunidad. Como ejemplo de la carencia de apoyos y medios que aseguran les brinda la Administración autonómica, los investigadores aseguran que cada equipo provincial cuenta solo con un ordenador portátil.

Los agentes mantienen que las investigaciones son uno de los elementos básicos tanto para la detención de los incendiarios como para evitar que la extensión de los fuegos sea notable. Por ello los miembros de las BIIF reclaman un papel más determinante en la política forestal de la Xunta. Para ello plantean la necesidad de que su tarea de investigación se desarrolle durante todo el año y de manera exclusiva sin ser destinados a otras tareas, y que sus conclusiones sean integradas en comités policiales creados para la persecución de incendiarios y remitidos a los juzgados en los casos más graves.



La paja es el mejor material para recuperar los suelos incendiados

La escena que siguió a la de los incendios forestales que asolaron Galicia en el 2006 fue casi tan dantesca como la de los propios fuegos: cursos de agua negra descendiendo por las laderas de los montes como un lúgubre tobogán. Eran las cenizas que acabaron depositadas en ríos y rías. Una de las imágenes más impactantes se vio en Pontevedra, donde las mariscadores sacaban a cubos el lodo negro tras comprobar cómo se había perdido su producción. ¿Qué había ocurrido? La vegetación, tras las llamas, no llegó a asentarse y las lluvias de otoño dejaron la roca pelada, erosionada. En los años siguientes que se hizo para evitar algo semejante fue restaurar el suelo con siembra de herbáceas para permitir fijar la vegetación. Pero ni esta técnica, ni otras, se habían evaluado hasta ahora.

Y esto es justo lo que acaba de hacer en cuatro parcelas de A Estrada (Pontevedra) y Laza (Ourense) un equipo del Instituto de Investigaciones Agrobiológicas de Galicia (CSIC) en colaboración con edafólogos de la Universidade de Santiago y del Centro de Investigaciones Forestales de Lourizán. Después de cuatro años de ensayos la conclusión es clara: el acolchado del suelo quemado con paja después de un incendio es el mejor sistema para evitar la erosión. No solo permite un rápido y eficaz asentamiento del suelo, sino que tampoco altera su composición físico y química y la relación coste-beneficio es la mejor.

«Tanto a adición de palla como a semente con herbáceas son técnicas caras, pero o que vimos é que o emprego da palla é o máis eficaz e máis viable», explica Montserrat Díaz Raviña, la responsable principal de un proyecto que también está dirigido a elaborar un protocolo para determinar en qué momentos es más adecuado realizar este tipo de procedimientos y en qué zonas. En teoría, los entornos en pendiente, con afectaciones severas por el fuego y próximos a acuíferos o al mar son en los que se deben centrar este tipo de operaciones. Es la forma de evitar que tanto los recursos hídricos como la producción pesquera o marisquera acaben arruinándose por las cenizas. «Hai que evitar o que ocorreu no 2006, cando as cinzas chegaron ao mar», advierte Díaz Raviña. ¿En qué zonas asoladas por los incendios de este año podrían aplicarse estas técnicas? El espacio de O Pindo reúne todos los requisitos, aunque, según la investigadora, «habería que mirar en qué puntos».




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