En las últimas tres décadas se han producido en Galicia más de 250.000 incendios, que han arrasado una superficie equivalente a casi dos tercios del territorio de la comunidad. Los primeros cuatro meses y medio tan lluviosos de este año, que han traído consigo el crecimiento de la vegetación de los bosques, el calor y la ausencia de lluvias en las últimas tres semanas han provocado que se den "las condiciones perfectas" para que se desencadene una oleada de incendios como la de 2011 cuando hubo más de 6.000 en todo el año.
Los expertos en extinción de incendios aseguran que si se da en un mismo momento la regla de los tres 30 (más de 30 grados de temperatura, más 30 kilómetros por hora de viento y menos de 30% de humedad) el fuego está casi asegurado.
Otros expertos apuntan que la presencia de abundante vegetación en los bosques; las altas temperaturas y un largo periodo sin lluvias (unas tres semanas) son las condiciones perfectas para que se produzca un incendio. Sólo falta, aseguran, la cuarta pata: los pirómanos.
"La primavera tan lluviosa que hemos tenido ha sido crucial para que haya un gran volumen de vegetación que es por donde siempre empiezan los incendios. Tanta lluvia ha facilitado el crecimiento de esa vegetación", apunta el edafólogo Avelino Núñez, que se dedica al estudio del suelo.
Serafín González, presidente de la Sociedad Galega de Historia Natural, comparte la misma idea que Avelino Núñez e insiste en que "la primavera muy lluviosa ha facilitado el crecimiento de la vegetación". González incluye otros dos elementos que "van a facilitar la actuación de los pirómanos": las altas temperaturas, con ola de calor incluida, y la ausencia de lluvias. "De manera repentina ha llegado una época de mucho calor que ha provocado que la vegetación se haya agostado enseguida", apunta.