Santo Estevo II, la ampliación de la central del mismo nombre ubicada en el Cañón del Sil (Lugar de Interés Comunitario e integrado en Red Natura), ya está en marcha. El obispo de Ourense, Leonardo Lemos, leyó ayer el Génesis para bendecir la caverna abierta bajo las aguas del embalse que permitirá a la hidroeléctrica producir 1.000 gigavatios anuales y vender la energía a 285.000 hogares. Los presidentes de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y de la compañía, Ignacio Sánchez Galán, la inauguraron apelando al cuidado medioambiental de las energías renovables y a la creación de empleo. La instalación —construida en la zona paisajística más emblemática de Ourense pese a que la UE había alertado ya en 2000 de la sobreexplotación del Sil— ha generado 20 empleos.
Los 300 puestos de trabajo que los directivos de la multinacional citan entre las justificaciones de la construcción de esta nueva planta duraron lo que tardó en finalizarse la obra que permitió a la empresa aumentar en 179 sus megavatios mediante una inversión de 127 millones de euros. La caverna bajo el embalse ha generado finalmente una veintena de empleos —según reconocieron ayer técnicos de la compañía— y ha convertido al complejo hidroeléctrico del Cañón del Sil en el mayor de Galicia. No será la última obra. Galán reconoció que prevé finalizar en 2016 la ampliación del embalse de San Pedro y que está a la espera de la aprobación del informe de impacto ambiental para aumentar también la capacidad del de Santa Cristina, lo que supondrá horadar la montaña. La hidroeléctrica ha tenido que reformar su primer proyecto, rechazado por el impacto de la instalación de una balsa en la montaña.
Ayer, el presidente de Iberdrola contó con el respaldo de Feijóo, que arropó sus peticiones al Gobierno de un marco regulador estable del sector energético que “permita crear riqueza y empleo”. En opinión del empresario, el problema del déficit de tarifa (la diferencia entre ingresos y costes) ha sido provocado por la “decisión equivocada” de apoyar “inversiones masivas en tecnologías no eficientes”. Feijóo coincidió con Galán en reclamar al Gobierno una estabilidad que “favorezca las energías renovables eficientes; las que no necesitan subvenciones y no generan déficit”. Y el presidente de la Xunta citó la hidráulica, la eólica y la biomasa. “El agua, el aire y la biomasa son el petróleo de Galicia”, concluyó. Galán defendió la actuación de su compañía en la zona como “uno de los proyectos de ingeniería más relevantes de España”.