Conforme se acerca la fecha del 26 de mayo, en la que los comuneros decidirán si aceptan que la promotora les expropie 300.000 metros cuadrados de monte comunal para construir el megacentro comercial Porto Cabral, las posturas se enconan. Los opositores llevan varias semanas inundando la parroquia de mensajes contra el proyecto mientras la directiva insiste en que dará toda la información el próximo domingo.
En este contexto, Luis Rodríguez, presidente de la comunidad de montes, defendió ayer el sistema de votación a mano alzada que se iba a emplear en el primer intento de asamblea de abril y que en principio es el previsto para el próximo domingo. «A mano alzada se vota libremente y es una fórmula legal; se hace en el Concello, en el Parlamento de Galicia y en el de España. Desde luego, yo no voy con dos pistolas metiendo miedo a nadie», explica molesto por esta reclamación de los opositores.
No obstante, acepta que «si los comuneros reclaman el voto en urnas se hará así». Y para que quede claro que no hay presión por parte de la directiva ni intento de oscurantismo, anticipa que «los medios de comunicación podrán presenciar la asamblea para que den fe de lo que allí ocurre».
«Humillación»
En este contexto, Rodríguez insiste en que «son gente de fuera que vienen a decirnos lo que tenemos que hacer, a humillar a la parroquia. Desde luego yo esperaba alguna oposición, pero no lo que está ocurriendo». Asegura que el núcleo duro de los que rechazan Porto Cabral «son gente de Beade, de Coruxo, de A Ría non se vende, de Equo y de EU y no personas de Cabral».
Respecto al fondo del proyecto, se ratifica en que la información se dará en la asamblea «por que los comuneros deben ser los primeros en conocerla», y defiende la ejecución de Porto Cabral. «Tenemos que ser razonables, no tiene sentido que cada vez haya más monte y la ciudad no se pueda desarrollar en estos tiempos tan difíciles».
Instantes después se matiza a sí mismo y aclara que «Vigo tiene enfrente el mar y detrás un cinturón de monte; por tanto, si en el monte no se puede hacer nada la ciudad queda asfixiada. Y quede claro que en mi etapa se ha ampliado el monte más que nunca», precisa.
«Energúmenos»
Tras varios meses de debate sobre este proyecto Rodríguez se manifiesta tranquilo, pero carga contra los opositores. «En la asamblea de abril actuaron como energúmenos, pero yo no acepto que a estas alturas le tapen la boca a los comuneros», insiste. En agosto cumpliré 70 años y he estado en numerosos puestos (sindicales, políticos, vecinales) y no estoy dispuesto a aceptar lo que nunca pasó, que unos iluminados hagan lo que están pretendiendo, callar la boca a los comuneros. Se quejan de que no hay información, pero impiden la asamblea donde se iba a dar».
Y puesto de identificar a los opositores los relaciona directamente «con la anterior junta directiva, que no hicieron nada por el monte y sí que lo vendieron. A lo mejor hay gente que piensa que eso es defender el monte, pero yo desde luego no. Ahora serán los comuneros los que tomen la decisión definitiva el día 26», concluye.