La mancha que aparece coloreada en tonos verdes en el mapa del censo catastral minero cubre una grandísima parte de los ayuntamientos de Cabana, Coristanco y Ponteceso y un área más pequeña de Malpica y de Carballo. Atraviesa el río de parte a parte y toca la mancha arenosa del estuario protegido del río Anllóns. En el centro se sitúa la polémica mina de oro de Corcoesto, explotada en el pasado por romanos e ingleses y en breve, si finalmente Industria concede el permiso definitivo, por la compañía canadiense Edgewater Exploration. Aquí, en las 29 cuadrículas mineras iniciales, la empresa planea extraer 1.150.000 onzas de oro y obtener 60 millones netos de dólares (43 de euros) al año durante una década. Pero la Xunta tramita siete licencias de exploración más alrededor, sobre la comarca de Bergantiños. Todas ellas son para la llamada Sección C, oro y metales afines, y aparecen identificadas en la documentación oficial bajo el epígrafe de Julia. En total, 269 cuadrículas mineras, que son 8.070 hectáreas.
Seis de ellas, Julia 1, 3, 4, 5, 6 y 7 (7.440 hectáreas, 248 cuadrículas) son, de momento, permisos de rastreo solicitados por alguna empresa. Ni la Xunta, ni la Cámara Oficial Minera, ni la propia Edgewater han aclarado a este diario (pese a los numerosos intentos) si es precisamente esta firma de Vancouver la que está detrás de estas nuevas licencias. En cambio, la tramitación de Julia 2 (630 hectáreas, 21 cuadrículas) se encuentra más avanzada: el permiso de exploración (a favor de Edgewater) apareció publicado en el DOG la semana pasada, y durante 30 días está en fase de información pública. Además, la aurífera canadiense obtuvo hace pocos meses permiso para investigar la presencia de oro en Santa Comba y Zas. La compañía destaca la importante presencia de oro en una franja de 150 kilómetros que corre en paralelo a la costa atlántica gallega, desde Cabo Ortegal hasta la frontera portuguesa. Al dorado galaico, Edgewater lo denomina “Malpica-Tuy Gold Belt”.
La asociación Salvemos Cabana, fundada para luchar contra la implantación de la mina de Corcoesto, supo el martes que se estaban tramitando estos nuevos permisos y ayer difundió un plano que copia fielmente el mapa oficial del censo catastral minero. Según denuncia en un comunicado esta plataforma, “la Xunta quiere convertir la comarca de Bergantiños en una gran mina”. En el periódico especializado The Northern Miner, acaba de aparecer publicado un reportaje sobre Corcoesto junto a otros de minas de Burkina Faso, Perú, Papúa Nueva Guinea o Sinaloa. En él, directivos de la empresa se jactan del “excelente apoyo del gobierno y la comunidad” y se cuenta que trataron sobre las expropiaciones y la compra de tierras “en una cena” con políticos locales.