Las comuneros de Pazos de Borbén y Fornelos han decidido unir sus fuerzas ante el problema que supone el ganado suelto en los montes. El grave accidente de tráfico sufrido el pasado lunes por un joven panadero de la zona al colisionar con su furgoneta contra un caballo ha generado indignación entre los vecinos de ambos municipios por un problema que llevan años denunciando y que no se logra solucionar.
Las directivas de once comunidades de montes -Borbén, Pazos, Xunqueiras, Moscoso, A Ermida, Amoedo, Cepeda, Nespereira, Calvos, Fornelos y Toutón- mantuvieron ayer una reunión en el Centro Cultural de Pazos para plantear medidas a los Ayuntamientos que eviten los accidentes en las carreteras por la presencia de ganado salvaje. "Estamos dispuestos a colaborar con los concellos en todo lo que sea necesario, pero este problema no puede continuar más tiempo sin solución", apunta Álvaro Martínez Leiro, el presidente de los comuneros de Moscoso, parroquia en la que se produjo el último accidente. Entre las medidas que proponen destacan una mayor vigilancia para controlar a los ganaderos, puesto que los animales carecen de identificación, y no se descartan organizar cuadrillas para salir al monte a capturar a los equinos para posteriormente subastarlos, o sacrificarlos en el caso de que nadie se interese por ellos.
"Llevamos más de cinco años reclamando una solución a las administraciones, pero la realidad es que no se hace nada y los vecinos se tienen que jugar la vida cada día cuando circulan por las noches por las carreteras", indica Martínez.
Los comuneros aseguran que los animales salvajes en los viales de la zona causan una media de un accidente mensual, en muchas ocasiones con lesiones graves para los ocupantes de los vehículos. Para evitar este problema hace cuatro años prohibieron el pastoreo sin control por sus montes, aunque la medida no tuvo ninguna incidencia por la falta de identificación de sus propietarios, lo que impide tramitar denuncias.
Los comuneros cifran en unas doscientas cabezas el número de caballos y vacas sin controlar en los montes de la comarca. Martínez Leiro calcula que solo en la zona de Moscoso, Pazos y Xunqueiras conviven unos cincuenta equinos en manadas de diez a quince ejemplares, que son fáciles de observar cerca de las carreteras y núcleos de población incluso a las horas del día. Una situación que consideran "intolerable" por el grave riesgo que supone para los vecinos.