Ha pasado más de un año desde que la Xunta decidió instalar en la ría de Ferrol -también en Aldán- las bateas para depurar el marisco y el sector continúa en la comarca ferrolana con sus quejas, al considerar que son "lo peor" que pudo haber hecho el Ejecutivo gallego. Pérdidas económicas "muy grandes", alta mortandad de los productos, caída deventas? Son algunas de las consecuencias que las cofradías que necesitan depurar sus productos en la ría ferrolana sufrieron el pasado año. Por ello, exigen alternativas al sistema de depuración y mayor esfuerzo de la Consellería do Mar para sanear las aguas.
Las bateas de Ferrol no solo no han cumplido con las previsiones de recaudación que anunció Mar al poner en marcha el sistema para descontaminar el marisco de las zonas C -donde la cantidad de toxina superan el nivel máximo establecido-, sino que suponen un "lastre" para los pósitos que trabajan con ellas.
En la cofradía de Ferrol las pérdidas por el "pésimo" funcionamiento de las bateas ascendieron hasta "casi 70.000 euros", según su patrón mayor, Rubén Ferrer. "Al principio, cuando se instalaron las bateas, perdimos hasta un mes de ventas. Lo pasamos muy mal y seguimos en esa línea de inestabilidad", critica, dado que el marisco que mandan a depurar -principalmente almeja- tarda "demasiado" es ser descontaminado y el sistema provoca una "altísima" mortandad. "La Xunta no asume la mortandad hasta que no llegue al 10%, y eso nos lleva a la quiebra", señala.
A esto se suma, la caída de las ventas por el "miedo" de los compradores. "No se fían del producto", afirma Ferrer. El precio medio de la almeja en la cofradía de Ferrol bajó el año pasado a "2,5 euros" el kilo, igual que en Barallobre, lo que es una caída de "cerca del 60%" respecto a los años anteriores.
"Son unas pérdidas exageradas, esto es un fracaso", critica el patrón mayor de la cofradía de Barallobre, Roberto Vázquez.