El PP de Lugo denunció la semana pasada que cuatro puntos de recogida de restos de plásticos agrícolas ubicados en el término municipal habían pasado a convertirse en vertederos carentes de todo control donde se acumulan desechos de lo más variado. Desde neumáticos a piezas de coche, pasando por colchones e incluso restos de la construcción. Porque aunque han pasado los tiempos del bum del ladrillo, época en la que llegaron a producirse en Galicia hasta 2,3 millones de toneladas de escombro procedente de ese sector y de la demolición de edificios (son datos del 2007), aún pueden encontrarse de vez en cuando dispersos por montes o fincas aisladas restos de ladrillo o bolsas de cemento.
El problema, según la asociación de recicladores de construcción y demolición (Arcodega), es que en Galicia todavía hay mucho trabajo por hacer en materia de reciclaje de este tipo de desechos. No es cuestión de cantidad. Porque desde que la construcción se paró en seco el volumen de restos generados bajó hasta las 852.000 toneladas en el 2010, 1,5 millones menos que tres años antes. Un estudio publicado este año por ese mismo colectivo estima que la producción en el 2011 se mantuvo en ese nivel, «pudiendo haber oscilado en 100.000 toneladas». La tendencia es a la baja, pero con todo el porcentaje de restos reciclados fue solo del 28 %.
Una de las razones que, según los recicladores, puede influir en ese bajo índice de recuperación es la baja cuantía de las multas por incumplimiento de la normativa vigente. Aseguran que muchas veces «no las hay o son pequeñas cuantías». Además, añaden, a eso se suma el bajo coste de dejar los escombros en vertederos, lo mismo que ocurre con las tarifas a las que cotizan los áridos naturales. Por esa razón, desde Arcodega reclaman una regulación más estricta que impida, sobre todo, los vertidos clandestinos. «Reclamamos una mayor inversión en la gestión de estos restos, el cumplimiento de la normativa, el control de los infractores y una mayor implicación municipal a la hora de que estos insten a los productores a enviar los restos a un gestor autorizado», aseguran. Todo ello contribuiría a reducir ese tipo de asentamientos que dañan la naturaleza y el paisaje.
Papel y cartón
Aunque Galicia carece del aprobado en reciclaje de escombro de obra, hay otras materias en las que hasta ahora no ocurría lo mismo. Es el caso del papel, porque aunque, según los datos facilitados por la Asociación Española de Fabricantes de Pasta de Papel, Papel y Cartón, durante el 2011 la recogida selectiva de este tipo de producto cayó un 7,9 % con respecto al 2011, los ciudadanos son bastante proclives a colaborar.
El caso es que el volumen de desechos ha bajado. En el 2011 cada gallego produjo 15,3 kilos de papel, 1,3 kilos menos que un año antes, según el Instituto Nacional de Estadística.
A pocos metros del templo de Pantón, en la provincia de Lugo, hay una finca donde a lo largo del tiempo han ido acumulándose plásticos, ruedas, colchones, restos de ladrillo... El solar, travestido ahora en vertedero, ha provocado las quejas de algún vecino molesto con esa postal que observa cada día. Porque la finca es ahora un mosaico de desperdicios que el concello dice no poder quitar porque las palas no pueden entrar en la finca.
Pero este es solo un ejemplo de los que todavía pueden hallarse en Galicia, incluso después de que muchos ayuntamientos hayan puesto en marcha duras campañas para erradicar este tipo de depósitos de materia inerte. El pasado mes de enero, por ejemplo, Burela retiró varios camiones de basura procedente de los vertederos hallados en distintos puntos del concello.
Ferrol y Cambre
Unos meses, más tarde el Ayuntamiento de Ferrol hizo lo mismo con el afán de limpiar las zonas afectadas por los vertidos. En abril, el Concello de Cambre anunció también que extremaría la vigilancia sobre los puntos de acumulación ilegal , fundamentalmente en el rural, de restos. Pero la vigilancia ha de realizarse también en las inmediaciones de los puntos legales de recogida, en cuyos alrededores se acumulan muchas veces restos de electrodomésticos o otros materiales.
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