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GALICIA

02/04/2012 | Lorena Bustabad | A Capela
   

Las llamas arrasan 1.000 hectáreas en cuatro municipios de O Eume


Feijóo y los alcaldes aseguran que el fuego en As Fragas fue intencionado
La consejera de Medio Rural rechaza que haya descoordinación: "Disculpo el nerviosismo"

Al Gobierno gallego y a los vecinos de A Capela no les cabe duda de que el feroz incendio que ha devorado casi un millar de hectáreas del parque natural de As Fragas do Eume ha sido intencionado. Lo dijo ayer el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que habló de tres focos simultáneos, y también el alcalde socialista capelán, Manuel Meizoso. “Hay gente que está quemando el patrimonio más valioso que tenemos”, declaró Feijóo. Para el regidor socialista, alguien eligió el “día perfecto y el lugar ideal” para hacer el mayor daño posible.

Una sequía tan inédita como prolongada en Galicia a finales de marzo y fuertes rachas de viento del Nordés soplando sin cesar a 60 kilómetros por hora empujaron las llamas y consumaron la tragedia ambiental: 750 hectáreas arrasadas, la mayor parte (500) de masa arbolada y 250 más de monte raso, según los cálculos de Medio Rural. La consejera de Medio Rural y Marino, Rosa Quintana, ha eludido actualizar esta cifra en una entrevista esta mañana en la cadena SER. Ha indicado que el perímetro del incendio está controlado desde ayer, que la condición de los vientos es mejor y que "todo apunta" a la tesis del fuego intencionado.

Preguntada por las acusaciones de varios alcalde de descoordinación, Quintama ha asegurado que se han vivido momentos de mucha tensión y que disculpa "todo el nerviosismo, pero que la coordinación es máxima".

El alcalde de A Capela cifra el desastre en 2.000 hectáreas. Además de su municipio y Monfero, en el epicentro del desastre, las llamas visitaron también los montes de Cabanas e incluso As Pontes. Un equipo de investigación de la Guardia Civil indaga sobre las causas del fuego, que pese a las declaraciones de la Xunta y de los alcaldes, aún están por determinar. Las llamas han calcinado gran parte de uno de los pulmones verdes de Galicia y el mejor exponente de bosque atlántico europeo. “La fraga murió. En A Capela no quedó nada sin arder. Donde había verde, hay cenizas”, se lamentaba ayer Meizoso.

El incendio comenzó a las tres de la tarde del sábado en el mirador de Teixeido (A Capela) a unos 400 metros de altura, y descendió a toda velocidad por la ladera del monte hasta el cañón del río Eume, la arteria que riega el parque natural. En menos de cuatro horas, las llamas saltaron el Eume desde A Capela a Monfero y por el camino carbonizaron valiosos robles, castaños protegidos, cipreses y otros árboles que “ardían como papel de periódico”, según los vecinos. Ayer, las llamas rondaron varias viviendas en Villafail (Monfero) y el sábado, forzaron el desalojo de 200 vecinos de las aldeas de Vilariño, O Coto y A Ribeira, en A Capela.

Fuentes del dispositivo de extinción desplegado la madrugada del domingo han criticado la descoordinación que, según dicen, vivieron en la madrugada del sábado. El regidor de A Capela refrendó esa tesis y el de As Pontes, el socialista Valentín González Formoso, aseguró en una entrevista en la Cadena SER que que la Unidad Militar de Emergencias del Ejército, apenas colaboró en las tareas durante la noche del sábado cuando ya no operaban los medios aéreos.

La alerta uno declarada por la Xunta, peligro para casas y personas, la vivió en carne propia Arnau, un anciano de la aldea de Teixido, municipio de A Capela. Se resistió a dejar su casa y ayudado por su hermano y varios vecinos, peleó contra el fuego con el agua de las cisternas de los tractores hasta que lograron desviarlo. “Si me llego a ir, me arde todo. Aquí no vino ni un alma. De la Xunta, ni Dios”, asegura mirando al negro del bosque. Se queja amargamente de que la Guardia Civil le puso pegas para rellenar las cisternas con el agua de un arroyo próximo.

En la misma parroquia, Pancho también vivió una tarde infernal con las llamas a muy pocos metros de su casa “formando una U alrededor”. Evacuó a su familia “en el coche a toda prisa” y regresó por la noche “cuando amainó el viento”. “Aquel ciprés prendió como si fuera paja”, relata mientras apunta con el dedo al esqueleto de un árbol carbonizado. Su madre, Manolita, de 69 años, cuenta que nunca había visto ni vivido nada semejante y culpa a la Administración. “Antes nos dejaban limpiar el monte a los vecinos, ahora si cortas un árbol ya casi vas preso y luego mira lo que pasa”, se queja. “Gastan en apagar pero no en prevenir”, apunta Secundino, exdirector de la escuela local.

A las 19.30 de ayer, el fuego estaba prácticamente extinguido en el foco original de A Capela y los trabajos de extinción se concentraban en Monfero, en la parroquia de Queixeira. “Está controlado entre comillas”, apuntó el alcalde monferés, Benjamín R. Abad, que temía que el viento de la noche reavivase las llamas.

La V brigada de la Unidad Militar de Emergencias (UME) desplazada desde León ha desplegado sobre el terreno a 286 soldados, 18 autobombas y seis camiones cisterna y 100 vehículos de comunicación y apoyo. La Xunta, que mantiene el máximo nivel de alerta, movilizó 24 brigadas, 7 aviones, 7 helicópteros, 18 agentes forestales, 14 motobombas y tres palas.

Medio Rural dio ayer por controlado otro fuego en Cabalar (A Capela) con 30 hectáreas afectadas, 25 de monte arbolado. Ardía desde la tarde del sábado y se movilizaron 5 brigadas con 7 motobombas y un helicóptero.

La oposición (PSOE y BNG) y los ecologistas gallegos han arremetido contra la Xunta por la “inconcebible” falta de medios para proteger una de las joyas verdes de la comunidad en plena sequía y con el dispositivo de activado a medias. “Padecemos el recorte de 22 millones en los presupuestos de la Xunta para los trabajos de prevención”, manifestó Pachi Vázquez, líder del PSdeG. “Parece evidente que los recortes entrañan estos riesgos”, coincidió Francisco Jorquera. La conselleira de Medio Rural, Rosa Quintana, que también visitó las zonas afectadas, recordó a la oposición que el “enemigo es el fuego”.



Concentraciones en las principales ciudades por el incendio


Colectivos ecologistas han exigido este lunes la convocatoria "urgente" de la junta consultiva del Parque Natural Fragas do Eume

La gestión realizada por el gobierno gallego en el incendio das Fragas do Eume ha suscitado muchas críticas en las redes sociales y a través de ellas se han convocado diversas concentraciones en las principales ciudades gallegas. Así, en A Coruña tendrá lugar en los Cantones, en el entorno del Obelisco; en Vigo será frente al Sireno; en Santiago, en el Obradoiro; la de Pontevedra está convocada en la praza da Ferrería; la de Lugo y Ourense será frente al ayuntamiento. Todas ellas a las 20.30 bajo el lema #SOSFragasDoEume.

Por otra parte Colectivos ecologistas —Adega, Sociedade Galega de Historia Natural y Verdegaia— han exigido este lunes la convocatoria "urgente" de la junta consultiva del Parque Natural Fragas do Eume como "primer paso" para elaborar un plan a través del que se evalúen los daños sufridos en el incendio registrado este fin de semana y que se fijen medidas de restauración de los espacios, así como dotación económica. En un comunicado, en el que los ecologistas también ven "imprescindible" reunir el Consello Forestal y del Consello Galego de Medio Ambiente, han denunciado que, junto a unas circunstancias meteorológicas "desfavorables", el fuego que afecta a las Fragas do Eume es "consecuencia directa" de una política forestal basada "en la falta de planificación y gestión forestal", así como el fomento de plantaciones con especies "que favorecen los incendios".



Red Natura, Lugar de Interés Comunitario y atracción turística


El parque de As Fragas se creó en 1997 y ocupa una superficie de 9.126 hectáreas repartidas entre cinco municipios

Lo define la propia palabra. Fraga es una gran extensión de monte arbolado, colonizado por una vegetación caprichosa y desordenada y poblado por incontables insectos, aves y mamíferos. Toda Galicia fue algún día como eran las Fragas do Eume la semana pasada. As Fragas eran lo más parecido a un bosque encantado en versión galaica: robles centenarios, especies de helechos antiquísimas de un verde intenso e infinidad de arroyos y cascadas. Todo regado por el agua del río Eume, que a lo largo de casi 100 kilómetros horadó la montaña formando un cañón de piedra vertical con barrancos de 300 metros por donde fluye el agua alimentando el parque natural hasta su desembocadura, en Pontedeume.

El parque de As Fragas se creó en 1997 y ocupa una superficie de 9.126 hectáreas repartidas entre cinco municipios: As Pontes, Pontedeume, Cabanas, A Capela y Monfero. El voraz incendio forestal de este fin de semana afectó gravemente a los dos últimos. Los terrenos quemados estaban protegidos como Red Natura y Lugar de Interés Comunitario (LIC).

El fuego llegó prácticamente hasta las puertas del monasterio de Caaveiro, un cenobio del siglo X construido en lo alto de un montículo que se salvó de milagro de las llamas. Ayer, varias patrullas de la Unidad Militar de Emergencias (UME) se turnaban para custodiarlo.

El parque natural es una de las atracciones turísticas de una comarca deprimida desde la reconversión del naval. Ayer obviamente permanecía cerrado.




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