Las multas en el ámbito medioambiental son necesarias y tras el desastre del Prestige no todo ha mejorado. Así lo manifiesta Ana Bernabeu, profesora del departamento de Geociencias Marinas de la Universidad de Vigo y coordinadora junto al Cetmar de la jornada internacional desarrollada ayer en el campus vigués para analizar la gestión de los riesgos costeros –un encuentro auspiciado por el proyecto europeo Ancorim–.
–¿Cuáles son los principales riesgos costeros a los que se enfrenta la ría?.
–Sobre todo la contaminación. En la franja atlántica hay otros tipos de riesgos, como la erosión o las inundaciones, pero en Galicia eso no es tan salientable. Aquí es más problemática la contaminación debido a la acuicultura, la pesca o el marisqueo.
–¿Ha mermado la calidad de las aguas en la ría?
–La valoración de la Red de Observación de Galicia no es buena en cuanto al estado químico y ecológico en toda la franja costera y también en la ría de Vigo. La instalación de la depuradora ayudará a paliar esto.
–¿Se trata sobre todo de contaminación industrial?
–Sí. Viene de la industria, de fluentes no controlados, de tráfico marítimo... Pero sobre todo hay puntos concretos de vertidos no controlados, tanto industriales como fecales, y no existe suficiente vigilancia de este aspecto.
–¿Son necesarias multas como la de la UE por la no depuración de la ría?
–Las multas en el apartado medioambiental son necesarias y ayudan muchísimo a disuadir y evitar vertidos incontrolados como los que se realizan actualmente. Afortunadamente la conciencia ciudadana cada vez es mayor, en ese sentido yo soy optimista.
–¿De los mayores desastres ecológicos se derivan después mejoras?
–Tristemente es así. Tras el Prestige los científicos se han adaptado a trabajar más en comunidad y no cada uno por separado y en su campo.
–¿Estaríamos entonces mejor preparados para sufrir una catástrofe como el Prestige?
–Hay mayor conocimiento, pero no creo que haya mayor coordinación, y esa es la clave y el gran fallo. Hay que ver cómo coordinar una respuesta inmediata ante una crisis porque ahí aún estamos en pañales.
–¿Chocan mucho las opiniones técnicas con las decisiones políticas?
–Sí. Los políticos van por una línea y nosotros por otra. La clave sería esa coordinación entre ambos. En muchos foros de gestión costera a los que he asistido se señala que el problema fundamental es la gobernabilidad: uno puede generar mucho conocimiento pero si nadie lo usa, o no le llega, no sirve de nada.
–¿Cómo ha afectado la crisis económica a vuestros estudios?
–En nuestro grupo de investigación no la estamos sufriendo, pero no me cabe duda de que en los próximo años lo notaremos y, aunque no a nosotros de forma directa, probablemente se sacrifique presupuesto de aspectos que afectan directamente al medio ambiente.
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