Augas de Galicia mantendrá la situación de emergencia en el embalse de Beche, en el municipio coruñés de Abegondo, al menos hasta el próximo jueves. Todavía quedan algunos puntos de contaminación por el vertido de gasoil que se produjo el pasado viernes cuando un camión cisterna que transportaba 30.000 litros de este combustible por la AP-9 volcó y derramó unos 5.000 litros en el río Ronfrío, que desemboca en el embalse que abastece a este municipio y se comunica, a su vez, con el de Cecebre, que da servicio a A Coruña y a buena parte de su área metropolitana.
Aunque en un primer momento parecía que el producto contaminante no iba a llegar a la presa, la lluvia contribuyó a arrastrar el gasoil a la cola del embalse. Técnicos de la división del servicio de emergencias y operaciones del grupo Gestán, que se encargó de las labores de limpieza, calculan que a la línea de agua llegó el 50 % del combustible derramado. Ayer, sin embargo, tras la aspiración del hidrocarburo (por este procedimiento se succionaron 25.000 litros de agua contaminada) y la retirada de las esponjas absorbentes, solo quedaba en el embalse el 1 %. «Pequeñas irisaciones disipadas en el agua», precisaron. Desde Augas de Galicia confirmaron que los trabajos de limpieza finalizaron ayer por la tarde, pero que, ante la previsión de que sigan llegando más aportes de gasoil por las impregnaciones en las riberas del regato y las propias labores de limpieza, las cinco barreras anticontaminación y el servicio de aspiración del combustible se mantendrán hasta que los resultados de los análisis «confirmen que a situación queda normalizada».
Responsabilidades jurídicas
Tanto los responsables de Augas de Galicia como el alcalde de Abegondo, José Antonio Santiso (PP), insistieron ayer en que la calidad del agua es apta para el consumo y que «no existe riesgo para la salud», ya que la captación se hace a nueve metros de profundidad y el gasoil queda suspendido sobre la lámina de agua. Por otro lado, el regidor confirmó que técnicos municipales están analizando si el vertido llegó a una traída de agua particular que da servicio a tres viviendas situadas en el entorno de Beche. También aseguró que ante el desinterés de Audasa (concesionaria de la gestión de la AP-9) y de CLH (empresa que transportaba el combustible), los servicios jurídicos del Ayuntamiento exigirán responsabilidades por el daño ecológico ocasionado «así como el pago de los gastos causados».
Aunque Augas de Galicia negó que el vertido del pasado viernes hubiese ocasionado mortandad en la fauna piscícola, durante el fin de semana aparecieron varias truchas muertas debido a la concentración de gasoil y la falta de oxígeno en el entorno de Beche. Este hidrocarburo es muy ligero y poco soluble en el agua, por lo que resulta fácil de limpiar. Algunos de sus componentes podrían dejar olor o sabor en el agua, pero al ser en concentraciones muy bajas no serían tóxicos. Además, en el caso de Beche, la captación está a nueve metros de profundidad de la línea de agua, por lo que no llegaría a la red de suministro.
¿Existen medidas de protección para evitar vertidos a embalses?
El nuevo plan hidrológico de Galicia establece perímetros de protección para las captaciones de agua para consumo humano. La Xunta recuerda que cuando el Gobierno central apruebe este plan, las captaciones y sus perímetros «estarán no rexistro de zonas protexidas».
¿Pudo haberse evitado el vertido?
«No tenemos preparadas las infraestructuras». Moisés Canle, vicedecano de Química de la Facultad de Ciencias de la UDC, estima que en el derrame pudieron fallar los drenajes y canalizaciones de la AP-9. «Las tuberías deberían estar dimensionadas para evitar que, en caso de vertido por un accidente de tráfico -bastante probable al tratarse de una autopista- el elemento contaminante llegue hasta los ríos o los embalses». Además, aunque reconoce que los controles son «exhaustivos» en el transporte de mercancías peligrosas, plantea la necesidad de aplicar medidas de seguridad más rigurosas para los camiones cisterna.
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