Galicia cuenta con 55 instalaciones acuícolas en tierra firme para la producción de peces –tanto marinos como de agua dulce– que emplean a un total de 691 trabajadores, lo que supone una media de poco más de 12 profesionales por piscifactoría. La mayoría de los ocupados corresponde a las granjas destinadas al cultivo de rodaballo, las de mayores dimensiones, mientras que las dedicadas a cultivar especies de agua dulce, como la trucha, necesitan mucha menos mano de obra, según el informe Indicadores de acuicultura 2010, publicado por el Ministerio de Medio Marino.
Al margen de los establecimientos en tierra, y según datos de 2009, la comunidad gallega cuenta también con siete instalaciones de cultivo en jaulas, en el mar, que emplean a 44 trabajadores, algo más de seis profesionales por cada polígono de producción.
Mientras, el tipo de acuicultura que más empleo genera en Galicia es el de cultivo vertical, fundamentalmente en bateas, que da trabajo a 17.191 personas. Esto supone una media de casi cinco trabajadores por cada vivero, puesto que en la comunidad hay 3.470 establecimientos acuícolas con esta modalidad de cultivo.
La producción horizontal, de moluscos como almejas o berberechos, por su parte, emplea a 7.231 profesionales, más de seis por polígono, con un total de 1.138 viveros en las costas gallegas.
La suma de estos cuatro tipos de acuicultura eleva el número de empleos generados por el sector en la comunidad a 25.158, la mayoría de ellos desempeñados por hombres, 17.474, frente a los 7.684 que ejercen las mujeres.
Por grupos de empleo, buena parte de ellos es de trabajadores no asalariados –fundamentalmente por la forma de trabajar de los bateeiros: familias que se dedican al cultivo y no recurren a la contratación externa–, con más de 14.000 profesionales, y les sigue el personal operario no especializado, con 5.223 personas.
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