Más fuegos, pero menos superficie quemada. Ese fue el balance que el pasado martes hizo público el conselleiro Samuel Juárez en el Parlamento gallego: 12.700 hectáreas, 892 menos que el año anterior. Han bastado solo siete días y un fin de semana negro, en el que se han registrado 170 incendios, para que el cómputo provisional de la campaña quedase desactualizado. La proliferación de la actividad delictiva y el tiempo seco, con zonas del interior de Ourense en las que no llueve desde hace cuatro meses, han hecho que, en apenas días, las llamas calcinasen 1.400 nuevas hectáreas de monte, con lo que la superficie arrasada este 2011 se acerca ya al total calcinado en el 2010: 14.541 hectáreas.
Medio Rural recuerda que los fines de semana de mayor incidencia de fuegos han sido los del 24 y 25 de junio, al inicio del verano, y el pasado, justo después del balance de la campaña divulgado por Juárez, una coincidencia que en la propia Xunta consideran sospechosa y que refuerza la hipótesis que apunta a la intencionalidad con que actúan algunos delincuentes.
A esto se suma la falta de precipitaciones de muchas zonas. Algunos de los grandes incendios declarados el pasado fin de semana y ya controlados, como los de Monterrei o Viana do Bolo, todavía no estaban ayer extinguidos de forma plena como consecuencia de la sequía. «Eso nos está complicando mucho las tareas de extinción», admitía ayer la Xunta. Las previsiones para los próximos días no son nada alentadoras. La alerta de riesgo extremo de incendio se mantendrá en muchas comarcas del interior ante la previsión de tiempo seco y soleado, al menos, hasta el próximo martes. La probabilidad de precipitaciones para el miércoles y el jueves de la próxima semana es todavía baja y, hasta nuevo aviso, la Xunta mantendrá desplegados todos los medios.
Las quemas controladas de rastrojos forestales o desechos agrícolas constituyen una práctica prohibida mientras dura la temporada de máximo riesgo, es decir, entre el 1 de julio y el 30 de septiembre. En ese tiempo, Medio Rural no concede ningún permiso. El alto riesgo de incendios en muchas zonas de Galicia ha obligado a la Xunta a extender la prohibición sine die. La sequía que padecen muchas parroquias convierte esta actividad, muy arraigada en el rural, en una práctica de alto riesgo, que puede dar lugar a incendios que se descontrolan, tal y como sucedió la primavera pasada en el municipio ourensano de Bande, donde ardieron más de 400 hectáreas. Medio Rural recuerda que el estado del suelo desaconseja las quemas.
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