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GALICIA

14/06/2011 | María Pampín | SANTIAGO
   

La Xunta admitirá industrias en áreas de máxima protección ecológica


Se podrán instalar plantas acuícolas en zonas de la costa incluidas en la Red Natura, La Xunta vetará aerogeneradores, hidráulicas, paneles solares y minas

Las zonas naturales señaladas por la Xunta como las de más alto valor ecológico de Galicia podrán acoger piscifactorías, así como actividades industriales "compatibles". La Consellería de Medio Rural presentó ayer las líneas generales de usos que se podrán llevar a cabo en las áreas protegidas por Red Natura, en las que estarán vetados, sin embargo, los aprovechamientos de energía eólica, hidroeléctrica y fotovoltaica, las minas a cielo abierto y actividades industriales "incompatibles" con la conservación de estas zonas.

La Xunta da así entrada a la ubicación de plantas acuícolas en las zonas protegidas en la costa tras años de batalla de los ecologistas, secundados por el Gobierno bipartito de PSOE y BNG, que vetó su instalación en espacios protegidos. La pugna comenzó por la planta de rodaballo que Pescanova quería construir en cabo Touriñan, proyecto que contó con el apoyo del PP. La Xunta de Emilio Pérez Touriño convirtió el veto en la bandera ambientalista de su Gobierno y el de Alberto Núñez Feijóo en el proyecto a recuperar. El primer paso lo dio la Xunta hace unas semanas cuando declaró las piscifactorías de "interés público de primer orden" en Galicia para agilizar así la tramitación de las plantas que establezca un nuevo plan acuícola que debería estar listo en agosto. Ahora, la Consellería de Medio Rural abre la puerta a situar estas plantas en las zonas con más valor ambiental, ya que los proyectos solo deberán superar una evaluación ambiental que depende de la propia consellería.

La diferencia para la Xunta entre los prohibidos aprovechamientos eólicos, fotovoltaicos e hidráulicos o las minas a cielo abierto y la favorecida acuicultura es "la propia afección al espacio". El titular de Medio Rural, Samuel Juárez, consideró ayer durante la presentación del plan, en el que estuvo acompañado por el director general de Conservación da Natureza, Ricardo García-Borregón, que las posibles alteraciones del medio son "la motivación principal". Juárez explicó que hay actividades que se pueden realizar en otras zonas fuera de la Red Natura, pero no así la acuicultura, que tiene que estar cerca del mar y "casi toda" la costa gallega está protegida "por uno u otro motivo". El conselleiro incidió en que los hábitats a proteger pueden no estar a lo largo de todo el litoral, sino en zonas determinadas. "Si está en un área pequeña, es perfectamente compatible", defendió.

La Xunta cree que está de su parte la directiva europea de los hábitats -que instauró esta red ecológica hace 19 años- y el titular de Medio Rural no se cansó de repetir durante la presentación del plan que debería haber estado listo en diciembre del pasado año y que "en ningún momento las directrices hablan de excluir la acuicultura". "Y lógicamente este plan no lo excluye". El punto sobre el que se apoya la Xunta, el artículo 6.4 de la norma comunitaria, sostiene que el proyecto se puede realizar a pesar de las repercusiones negativas para el lugar si se trata de "razones imperiosas de interés público de primer orden". Una relevancia que la Xunta ya le ha concedido a la acuicultura. Aun así, el Gobierno gallego debería adoptar "medidas compensatorias".

Para el representante de la asociación ecologista Adega en el Consello Galego de Medio Ambiente -un órgano de consulta de la Administración-, Fins Eirexas, es diferente la interpretación que de este artículo puede hacer la Comisión Europea. "¿Cómo puede ser compatible si lo primero que hace es destruir el espacio?", cuestionó. Juárez insistió: "Hay que procurar que la afección sea la menor, pero no se excluye esta actividad".

También se autorizarán dentro de la Red Natura las actividades industriales que Medio Rural considere compatibles con la protección, aunque Juárez no especificó cuales. "Depende del espacio, habrá que ver la posible afección", dijo, antes de indicar que los proyectos se examinarán "caso a caso" y deberán pasar una evaluación ambiental. La construcción de carreteras y gasolineras, sin embargo, quedarán limitadas a las zonas media y baja de protección y, dijo, no se permitirán "de cualquier manera". "Tenemos la obligación legal de que cuidar que los espacios no se alteren de forma importante o irreversible", dijo. En estas áreas también se autorizarán explotaciones agrícolas que hasta ahora estaban prohibidas, mientras que la construcción de viviendas estará limitada a los núcleos de población ya existentes, la mayoría englobados dentro de las áreas de protección baja.

En la presentación en el Parlamento del Plan Director de Rede Natura a finales de abril, Juárez explicó que en el área de máxima protección -un 26,3% de la Red Natura, que equivale a 102.000 hectáreas- sería la más restrictiva en cuanto a usos y en ella solo se admitirían actividades económicas tradicionales compatibles. En aquella presentación, el conselleiro obvió toda mención a las piscifactorías.

Un documento que llega con seis años de retraso