Un grupo de activistas (alrededor de 20) de la organización ecologista Greenpeace han logrado saltarse los controles de seguridad y acceder a la central nuclear de Cofrentes, en Valencia. Desde las seis de la mañana, hora a la que ha comenzado la acción, seis escaladores han tomado una de las torres de refrigeración, de 125 metros de altura, donde han colocado una pancarta con el mensaje: Peligro nuclear. Además, otro grupo de activistas ha desplegado otra con el lema Cofrentes: cierre ya.
La acción, que ha terminado alrededor de las 8.45 y se ha desarrollado bajo una intensa lluvia, forma parte de una campaña de la organización ecologista que pide al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y al Gobierno que no se renueve el permiso de explotación de Cofrentes, que vence el próximo 19 de marzo, y se proceda a su cierre definitivo.
La central nuclear de Cofrentes generó 8.000 millones de kilovatios hora durante 2009, el 15% del total de la energía eléctrica de origen nuclear producida en España. La central aportó el 58% de la energía generada por Iberdrola en territorio valenciano y el 4% del total de energía consumida en España durante 2009, según datos de la empresa.
Sin embargo, esta central ha sufrido algunos problemas de seguridad en los últimos meses. El pasado 7 de febrero sufrió un fallo en la apertura de la válvula del circuito de seguridad, un fallo similar a otro sufrido en octubre del año pasado, cuando un fallo en una válvula obligó a declarar la prealerta.
Entre las muchas deficiencias identificadas, Greenpeace destaca las relacionadas con los sistemas de lucha contra incendios, el acceso a la Sala de Control, el aumento de las dosis recibidas por los trabajadores en el mantenimiento, el desafío a los márgenes de seguridad en los sistemas de refrigeración de emergencia o la tardanza en los análisis de sucesos, a modo de ejemplo. Estos graves problemas de seguridad demuestran el envejecimiento de la central nuclear de Cofrentes y, por ello, un riesgo cada vez más alto de sufrir un accidente.