Los vertidos en el río Lagares son un viejo y polémico problema que se ha intentado solucionar sin éxito. Pese a la campaña emprendida en su día para taponar numerosos desagües clandestinos, todavía existen individuos (tanto empresas como particulares) que aprovechan el río para deshacerse de los residuos sin depurar.

Chus Lago, concelleira de Medio Ambiente, aseguró ayer en el transcurso de su recorrido por el río Lagares, que todavía hay unos 160 tubos que depositan sus vertidos en aguas del Lagares de forma totalmente ilegal.

Chus Lago acompañó ayer a la brigada municipal de desratización que estos días trabaja en el Lagares. La concelleira aprovechó el viaje para valorar el estado del río y la localización de los posibles vertidos ilegales para atacar el problema desde la misma raíz.

A las 11 de la mañana cinco miembros de la brigada y la concelleira, ataviados con botas de agua, cubos y palos, iniciaron el recorrido en el puente de la calle Alcalde Lavadores. Los trabajadores de la brigada de desratización explicaron el modo en que llevan a cabo su trabajo. En total, tienen previsto colocar en estos meses 5.000 cepos para ratas. Según Andrés Avelino Pardellas, miembro de la brigada, «los cepos son la única y mejor manera de acabar con las ratas. El Lagares tiene una fauna muy abundante y estos cepos acaban sólo con las ratas».

La brigada municipal de desratización lleva a cabo su trabajo en verano, su labor se extenderá durante un mes y medio, aprovechando la disminución del caudal que facilita las operaciones. Durante el recorrido, la concelleira anunció que establecerá la «tolerancia cero» para los vertidos en el río ya que, según Chus Lago, «todos los vertidos son ilegales. Augas de Galiza no ha autorizado ningún vertido y no hay ninguna razón para que las empresas lo hagan, por lo que el siguiente paso que vamos a dar va a ser clausurar todas esas tuberías ilegales».

Con este fin, el trabajo de la concellería se va a llevar a cabo conjuntamente con Augas de Galicia que es la entidad que tiene la potestad para clausurar los tubos y presionar a las empresas.

Otra parte de esta labor de conservación del Lagares son las obras que está realizando Aqualia para acabar con los vertidos que proceden de colectores vecinales, trabajo que finalizará en junio del 2008.

Los vertidos se han intentado erradicar muchas veces sin obtener éxito

El río Lagares tiene un recorrido total de 19 kilómetros. Los puntos conflictivos están localizados en las zonas donde se producen más vertidos por parte de industrias, especialmente en polígonos industriales.

Los tramos problemáticos son los que siguen al origen del foco contaminante: los tubos de vertido. Por ello, el modo de erradicar la contaminación es que los vertidos no queden impunes. Por ejemplo, el polígono industrial de Gandarón ha sido varias veces origen de vertidos al río, cuya contaminación ha acabado con la fauna y riqueza natural del entorno del río a su paso por esa zona.

El Concello empredió hace ya cinco años una campaña para acabar con las tuberías clandestinas que existen a lo largo del río Lagares. Entonces se habían llegado a detectar y a taponar alrededor de treinta caños. Sin embargo, algunas de esas tuberías cerradas han vuelto a prestar servicio y muchas de ellas están funcionando ahora mismo.